Donald Trump insistió este miércoles en que no publicará sus declaraciones de impuestos hasta que el fisco termine de auditarle, desoyendo a un creciente coro de voces republicanas y demócratas que le pide que siga una tradición de décadas.
Durante años los nominados presidenciales han publicado sus declaraciones de impuestos pero Trump podría convertirse en una excepción. La ley no exige este requisito, pero al menos desde Gerald Ford en 1976 esa revelación se ha convertido en una práctica consuetudinaria.
La precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton se lanzó el miércoles contra Trump por su declaración fiscal y rápidamente le apareció un aliado inesperado: el candidato presidencial del Partido Republicano en 2012 Mitt Romney.
Durante un acto de campaña en Nueva Jersey, Clinton sugirió que el magnate oculta algo. Cuando un hombre entre la multitud gritó, «¿qué hay de las declaraciones de impuestos de él?», Clinton dijo que los nominados de ambos partidos normalmente las revelan.
Clinton dijo que ella y su esposo, el ex presidente Bill Clinton, han revelado más de tres décadas de registros fiscales. «Uno se tiene que preguntar por qué él no quiere revelarlo», agregó.
Horas después, Romney emitió un mensaje en Facebook en el que acusó a Trump de ocultar una revelación perjudicial en sus declaraciones de impuestos.
«Sólo existe una explicación lógica para la negativa del señor Trump a revelar sus declaraciones de impuestos: hay una sorpresa devastadora en ellas», escribió Romney. «Dada la ecuanimidad del señor Trump con otras falencias en su historia, sólo podemos asumir que es una bomba de tamaño extraordinario».
En una entrevista el martes, Trump le dijo a la agencia Associated Press que no publicaría sus impuestos durante la campaña. Este miércoles, el empresario usó Twitter para desmentir a la agencia, diciendo que haría esa revelación una vez el fisco concluya su auditoria.