«Los tres hijos se preparaban felices para recibir a sus padres, pero el avión nunca llegó»

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Dos personas se abrazan mientras familiares y amigos de las víctimas del avión desaparecido de EgyptAir se congregan este viernes para rezar en una mezquita próxima al aeropuerto de El Cairo

Yara Atef, de 37 años, era un auxiliar de vuelo más de la aerolínea EgyptAir. En la madrugada del jueves le tocó cubrir el trayecto París-El Cairo y, junto a sus compañeros de tripulación y los 56 pasajeros del vuelo MS804, desapareció en las aguas del Mediterráneo. «Estamos todos en estado de shock», cuenta a ABC otro auxiliar de vuelo de la aerolínea, compañero de Atef. «Compartíamos la misma habitación cuando nos tocaba el mismo trayecto», continúa a trompicones: «He perdido a un amigo».

Amigos, familiares o compañeros de trabajo, decenas de vidas se truncaron con la caída del Airbus 320 sobre el mar. Samar Ezzedin, azafata de 27 años recién casada, o el británico Richard Osman, que deja dos hijas, una de ellas recién nacida, según confirma la Embajada del Reino Unido.

Desaparecieron familias enteras, como la de los franco-argelinos Mohamed Bettiche y su esposa Nouha, que viajaban en el avión con sus hijos,Joumana y Mohamed. Junto a sus nombres -recogidos en la lista de pasajeros del MS804 a la que ha tenido acceso ABC- aparece una «i» de «infant» (bebé) y una «c» de «child» (niño). Son dos de los más jóvenes pasajeros desaparecidos. Dounia Didah, de nacionalidad egipcia, era el tercer bebé.

Otra víctima era Ahmed, que «amaba muchísimo a su esposa», de 27 años, a quien el cáncer le estaba robando poco a poco la vida. Según cuenta un amigo de la pareja, Muhammad El Shennawi, Ahmed no escatimó en gastos «para salvarla». Ambos viajaron a París en busca de un tratamiento para su enfermedad. «Intenté que su esposa fuera tratada aquí, pero él insistió en el viaje a París», lamenta El Shennawi, quien añade que «sus (tres) hijos estaban felices y se preparaban para recibir a sus padres en el aeropuerto»… Pero su avión nunca llegó.

Militar de permiso

Mahamt Seitchi, chadiano, también volvía de una triste visita a París. Según informó un portavoz de la Embajada del Chad, Muhammed Allamine, en declaraciones recogidas por medios franceses, el cadete de la escuela militar Saint-Cyr «estaba de permiso. Volvía de asistir al entierro de su madre». Él tampoco llegó nunca a Nyamena, su destino tras una escala en El Cairo. En su Facebook quedará para siempre la fotografía en la que aparecía vestido de uniforme, como un pincel, y una última foto de perfil con la Torre Eiffel.

En el Cairo, todas las familias «se encuentran en estado de shock», explica a ABC el auxiliar de vuelo.

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