¿Por qué hay animales «homosexuales»?

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Escarabajos machos intentan montar a otros - Ivain Martinossi-Allibert

La cópula entre individuos del mismo sexo es común en el reino animal, pero desconcierta aún a los biólogos. La razón es simple: este acto sexual no conlleva los mismos beneficios biológicos que el cortejo heterosexual, que culmina en el apareamiento y la producción de descendencia.

Un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Uppsala (Suecia), ha tratado de entender por qué el comportamiento homosexual se repite tanto en la naturaleza. Para ello, los investigadores plantearon la hipótesis de que, como machos y hembras comparten la mayoría de los genes, las relaciones entre individuos del mismo sexo se mantienen por selección natural, porque los genes que predisponen a esta tendencia aportan beneficios cuando se expresan en el sexo opuesto.

El estudio, publicado en la revista BMC Evolutionary Biology, probó esta idea en un pequeño escarabajo muy común llamado Callosobruchus maculatus, una especie en la que tanto hembras como machos suelen tener bajos niveles de comportamiento homosexual. A través de técnicas de reproducción artificial, los científicos utilizaron crías de ambos sexos para crear una generación de escarabajos con mayor tendencia a mostrar esta conducta.

Los resultados demostraron que cuando un grupo de machos o hembras había sido criado para expresar con más frecuencia un comportamiento homosexual, los hermanos del sexo opuesto disfrutaban de un incremento en su rendimiento reproductivo. Los genes ligados a esta conducta favorecen al sexo opuesto por selección natural. Es lo que llaman los científicos un “tira y afloja genético”.

“Los machos nacidos con mayor tendencia a montar a otros machos eran menos exigentes cuando se les daba a elegir entre cortejar a machos o hembras, mientras que sus hermanas pusieron más huevos y produjeron más crías que antes”, recalca David Berger, uno de los autores del trabajo e investigador en el departamento de Ecología y Genética de la universidad sueca.

Según Berger, este mecanismo genético que explica las conductas homosexuales en los escarabajos podría aplicarse en una gran variedad de animales.

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