La embotelladora de la sociedad con sede en Atlanta señaló que «la producción se verá afectada en los próximos días» y no aclara en qué momento podrá retomar con normalidad la producción de la Coca Cola clásica en Venezuela, según reseñó El País.
«Estamos adelantando acciones específicas que nos permitan afrontar esta coyuntura con proveedores, autoridades y nuestros trabajadores», aseguró la firma en un comunicado el fin de semana.
Coca Cola Femsa, que opera cuatro plantas embotelladoras y emplea a unos 7.300 trabajadores en Venezuela, dijo que las fábricas están consumiendo el remanente del inventario de azúcar. «De no reponerse este inventario a la brevedad, se generarán interrupciones temporales en la producción del portafolio de bebidas con azúcar».
Coca-Cola de Argentina, por su parte, difundió un comunicado tras la circulación de esta información: «Los proveedores locales de azúcar en Venezuela han informado a la Compañía que temporalmente van a cesar sus operaciones debido a la falta de materia prima».
«Si bien la situación impactará directamente a la producción de bebidas azucaradas en los próximos días, la producción de las líneas sin azúcar, como el agua embotellada y la Coca-Cola Light, no se verá afectada por esta situación y continuará operando normalmente», aclara la misiva.
Asimismo, la compañía señala que «las oficinas locales y centros de distribución continúan abiertos y funcionando».
«La Compañía está comprometida con sus proveedores, autoridades gubernamentales y asociados para tomar las medidas necesarias a fin de lograr una rápida solución», concluye el comunicado.
Se trata de la mayor embotelladora de la compañía en el mundo, con plantas que operan también en países como Brasil, México, Colombia y Argentina. La socia de la corporación estadounidense explicó que «el 90% de la producción» de su popular refresco necesita de azúcar, por eso «no tiene otro remedio que suspender temporalmente sus operaciones para ese producto».
La crisis en Venezuela es inocultable. Coca Cola es la última de las grandes empresas víctima de la falta de productos básicos que se ha tornado habitual en Venezuela.
Los grupos estadounidenses Kraft Heinz y Clorox ya suspendieron recientemente su producción. Semanas atrás, la empresa Polar, la más importante del país, anunció que dejaba de fabricar cerveza ya que el régimen de Nicolás Maduro no le permite acceder a las divisas necesarias para sus materias primas.
El fabricante de helados Häagen Dazs, General Mills sufrió una pérdida de 35 millones de dólares y Colgate Palmolive no para de depreciar sus activos en Venezuela.
Grupos industriales como GM, Goodyear o Schlumberger también han sido afectados en sus resultados del primer trimestre del año y anunciaron una reducción de su actividad en Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro acusa a la oposición y a los directivos de las corporaciones de fomentar la crisis. Los empresarios, a su vez, se quejan por la falta de divisas para adquirir sus materias primas y de obstáculos administrativos.
Venezuela está en medio de la peor recesión en décadas, atizada por la caída de los precios del crudo, del cual depende el 96% del ingreso de divisas al país.
El PIB de Venezuela se contrajo 5,7% en 2015 y para este año se espera que caiga 8%, según estimaciones del FMI. La inflación anual llegó a 180% en 2015, según autoridades venezolanas.