Cuando se trata de la salud cardiovascular, existen pequeños cambios que pueden hacer una gran diferencia. Cuáles son las acciones “pequeñas” que pueden mejorar la calidad de vida
Según la OMS, las patologías cardíacas son la principal causa de muerte en el mundo / (Getty)
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, a razón de 17,9 millones de vidas cada año. En América Latina, estas representan el 38% de los fallecimientos por patologías no transmisibles y causan 1,6 millones de muertes al año. Es por eso que, ante estos números, se encuentran en el centro de la escena cuando se habla de salud pública.
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Lejos de bajar los brazos, los expertos advierten la importancia de centrarse en los factores de riesgo modificables, tales como el estilo de vida y el control de los niveles de colesterol. “Los factores de riesgo son múltiples: hay prevenibles y no prevenibles. Los no prevenibles son la edad, el sexo, los antecedentes familiares y la genética. Los prevenibles son el tabaquismo, la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo, la hipertensión arterial y las dislipidemias o el aumento de niveles de colesterol”, explicó a Infobae el doctor Pablo Corral (MN 93559), especialista en medicina interna y presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos (SAL).
Las denominadas enfermedades cardíacas son un grupo de trastornos del corazón y vasos sanguíneos que incluyen tanto cardiopatías coronarias, como enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas, siendo que más de cuatro de cada cinco muertes por estas dolencias se deben a cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, mientras que una tercera parte de esas defunciones ocurren prematuramente en personas menores de 70 años. En ese tono, expertos de la página de servicios de salud norteamericana Healthgrades, junto a otros especialistas, brindaron una suerte de guía para enfrentar esta dolencia.Existen seis aspectos que se pueden adoptar: desde ejercicio físico hasta chequeos de otras patologías / Crédito: Getty
“Un estilo de vida saludable contribuye en gran medida a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y, como resultado, también reduce el riesgo de cosas como diabetes y cáncer”, afirmó el doctor Bhatt, que forma parte de Mount Sinai, de la Escuela de Medicina de Harvard y Brigham and Women’s Centro del Corazón y Vascular del Hospital.
Seis puntos esenciales para cuidar la salud del corazón
Al estar frente a un médico, a muchas personas les encantaría poder descifrar todo el conocimiento que tienen los expertos. Una suerte de aprender mediante la mirada. Sin embargo, ante la imposibilidad de poder realizar su cometido, existen seis puntos que pueden adoptarse para cuidar la salud cardíaca, según expertos.
1. Ejercicio físico
Según el médico cardiólogo Erin O’Malley Tysko, “llevar un estilo de vida saludable es importante para todos. Pero si tiene una enfermedad cardíaca, ya no es una opción. Aunque puede ser difícil, es vital que encuentre el tiempo y la motivación para hacer un cambio real”. En ese sentido, Kerry J. Stewart, fisiólogo del ejercicio de la Universidad Johns Hopkins, agregó: “El ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia son los más importantes para la salud del corazón”.«Los efectos de los factores de riesgo conductuales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia, además de sobrepeso y obesidad», indican desde la OMS / Crédito: Getty
Es que, según el experto, existes tres tipos de actividad física que pueden beneficiar la salud cardíaca. “El ejercicio aeróbico mejora la circulación, lo que resulta en una presión arterial y un ritmo cardíaco más bajos”, explicó Stewar, al tiempo que detalló que es ideal realizar, al menos, 30 minutos al día, al menos cinco días a la semana.
Asimismo, afirmó que también es importante el entrenamiento de resistencia (o trabajo de fuerza). Con, al menos, dos días no consecutivos por semana, según el Colegio Americano de Medicina Deportiva, en “las personas que tienen mucha grasa corporal, se puede ayudar a reducirla y crear una masa muscular más magra. Las investigaciones muestran que una combinación de ejercicio aeróbico y trabajo de resistencia puede ayudar a aumentar el colesterol HDL (bueno) y reducir el colesterol LDL (malo)”, agregó Stewart.
Por último, se refirió a los ejercicios de estiramiento, flexibilidad y equilibrio y explicó que, aunque “no contribuyen directamente a la salud del corazón”, benefician “la salud musculoesquelética, lo que permite mantenerse flexible y libre de dolor en las articulaciones, calambres y otros problemas musculares. Esa flexibilidad es una parte fundamental para poder mantener el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia”. Mientras que el médico osteópata Vincent Vivona recalcó que “lo más importante es la consistencia, no la intensidad o la perfección”.Realizar actividad física y llevar una dieta saludable son dos de los hábitos que reducen los factores de riesgo (iStock)
2. Alimentación balanceada
Existe una mirada común entre los expertos, una dieta balanceada es una gran estrategia para mejorar la salud del corazón. En ese sentido, Stewart aseguró: “Respaldo una dieta basada en plantas. Con muchas frutas, verduras frescas y granos integrales. Uno no tiene que ser si o si vegetariano, pero puede serlo”, al tiempo que indicó que “se debe evitar la carne roja si puede, o al menos limitar la cantidad de carne roja que come”.
En ese sentido, el doctor Ramiro Sánchez, jefe de la Unidad Metabólica e Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Fundación Favaloro, destacó este comportamiento no debe adoptarse una vez que ya se manifestó la enfermedad, si no que es esencial implementar “medidas de prevención”. “Advertimos que el 30% de los jóvenes que tienen hipertensión tiene sobrepeso y que el 80% de los que tienen sobrepeso tiene hipertensión arterial”, indicó. Incluso, resaltó que en estos grupos vulnerables se puede modificar la situación.Según la OMS, «el abandono del consumo de tabaco, el aumento de la ingesta de frutas y verduras, la actividad física regular y la evitación del consumo nocivo del alcohol reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares» / (Getty Images)
3. Tabaquismo
En palabras de Eva Holt, del Hospital Herlev and Gentofte de Copenhague en Dinamarca y líder de una investigación divulgada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, en Barcelona, los riesgos para el corazón entre los fumadores son aún más severos de lo que se pensaba. “Es bien sabido que fumar provoca el bloqueo de las arterias, lo que lleva a enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares”.
Según indicó, en su trabajo lograron determinar que “fumar conduce a corazones más gruesos y débiles”, ya que “los fumadores tienen un volumen menor de sangre en la cámara izquierda del corazón y menos poder para bombearla al resto del cuerpo. Cuanto más fuma, peor se vuelve su función cardíaca”. Al tiempo que aclaró que, “el corazón puede recuperarse hasta cierto punto si se deja de fumar, por lo que nunca es demasiado tarde para dejar de fumar”.
Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata a más de ocho millones de personas cada año. El tabaquismo es responsable del 50% de todas las muertes evitables en fumadores, la mitad de las cuales se deben a enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.La medicina se ha especializado y, lo sigue haciendo, en mejores controles médicos que anticipen enfermedades y los fármacos son esenciales para cuidar algunos aspectos de salud /
4. Adhesión a los tratamientos
“Si tiene una enfermedad cardíaca, hay algunos medicamentos que debe tomar. De este modo, pueden mejorar significativamente los resultados a largo plazo y ayudarlo a sentirse mejor”, explicó la médica Christine Lawless. En ese sentido, el doctor Vivona destacó que, en algunos casos, es importante explicarle a los pacientes si algunos fármacos cuentan con efectos secundarios y analizar cómo afectan a su vida diaria.
“Si experimenta los efectos secundarios de los medicamentos, no se limite a vivir con ellos”, indicó Vivona y aseguró: “A menudo, podemos ajustar los medicamentos para reducir los problemas”. Por su parte, el doctor Tysko agregó: “Algunas personas creen que si se sienten mejor o alcanzan una meta de salud, ya no necesitan medicamentos. Pero por lo general, es porque el medicamento está funcionando. Si deja de tomar medicamentos para enfermedades cardíacas de forma abrupta, puede aumentar su riesgo de ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular”.
Además, los expertos advirtieron sobre el uso de algunos suplementos o remedios naturales, los cuales son elegidos por muchos pacientes para “mejorar su salud”. “Los suplementos pueden interactuar con los medicamentos para enfermedades del corazón, haciéndolos menos efectivos”, explicó Vivona y recomendó que, “antes de tomarlos, hable con su médico”. Las razones son simples, aunque sean vitaminas, que para muchos pueden ser casi inocuas, como la vitamina C, estas pueden afectar negativamente a su corazón y a su enfermedad cardíaca.Para la OMS, los factores de riesgo conductuales más importantes de las enfermedades cardiacas y los accidentes cerebrovasculares son la dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol / (Gettyimages)
5. Tratar otras enfermedades es cuidar al corazón
Muchas personas creen que, al desarrollar una patología cardíaca, deben centrarse solamente en su corazón. Sin embargo, los expertos aseguran que no deben dejarse de lado el resto del organismo. “Si su médico ordena pruebas, haga un seguimiento y hágaselas”, afirmó Lawless. Al tiempo que recalcó: “Algunos pacientes se muestran escépticos acerca de nuestros motivos. Pero prescribimos pruebas solo cuando sea necesario”.
“Además de la falta de controles médicos que se evidenciaron a causa de la pandemia, notamos que, lejos de normalizarse, la situación actual es aún peor: 3 de cada 10 pacientes llegan al consultorio con un muy mal control de sus factores de riesgo”, había señalado a Infobae el doctor Ramiro Sánchez, jefe de la Unidad Metabólica e Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Fundación Favaloro.
En ese sentido, el experto advirtió “un crecimiento en los pacientes no controlados: la alimentación es menos saludable, se registra un muy bajo nivel de actividad física y también hay falta de adherencia. Los factores de riesgo no son elementos que provocan enfermedad inmediata, sino que van generando condiciones para el desarrollo de la patología. Eso sí, cuando se manifiestan, sus consecuencias pueden llegar a ser muy severas”«Para prevenir defunciones prematuras es preciso identificar a las personas expuestas a altos riesgos de enfermedades cardiovasculares y velar por que reciban el tratamiento adecuado», afirma la OMS / (iStock)
“En dos horas se puede hacer un chequeo general médico, que incluya el examen cardíaco, un análisis de laboratorio, una ecografía, radiografía de tórax y cuestionario médico. Cada estudio es un punto de escisión. Todas las estrategias y prácticas diagnósticas tienen que ser puestas en el contexto del paciente. Cada estudio que se agrega a la historia clínica, entrega más información”, indicó a Infobae el doctor Carlos Rodríguez Correa, Jefe de Ecocardiografía del Centro de Diagnóstico Rossi.
Al tiempo que Gabriela Felippa, directora de la Licenciatura en enfermería de la Universidad ISALUD, le explicó a este medio que “la principal finalidad del chequeo periódico de salud es conocer y analizar el estado de salud de una persona, brindándole la información y asistencia necesaria. Esto conlleva la detección de los principales factores de riesgo para la prevención de enfermedades, o el diagnóstico precoz de diferentes patologías, con el propósito de reducir la morbilidad y la mortalidad. Si bien el objetivo es el mismo independientemente del paciente, lo que si va cambiando es lo que se tiene que hacer, ya que no es el mismo el nivel de control que hay que tener sobre un bebé, que sobre un niño o un adulto. En general, los chequeos van disminuyendo la frecuencia con la edad”.
6. No renuncie a su vida
Aunque no se trata de un aspecto que podría enmarcarse “netamente” dentro de la medicina, los expertos aseguran que es importante comprender que un evento cardíaco, dependiendo de la magnitud, no definirá su futuro. Y que, aunque muchos lo ven como una suerte de “punto final”, en realidad puede ser el comienzo de una vida mucho más saludable. Asimismo, señalaron que cuando se detecta una enfermedad cardíaca, aunque se crea que existe un amplio abanico de cosas que ya no podrá realizar; esto no es real. “El hecho de que haya tenido un ataque cardíaco u otro evento cardíaco no significa que no deba trabajar o participar en la vida”, concluyó el doctor Lawless.
Fuente-infobae.