La meta, respaldada por la Administración de Barack Obama, es que se reduzca el consumo de sal del actual promedio diario de 3.400 miligramos a 3.000 en dos años, y a 2.300 en una década.
«Muchas personas quieren reducir su ingesta de sal pero a veces se vuelve difícil con la cantidad que contienen los alimentos procesados», explicó Sylvia Matthews Burwell, la secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés).
Esta medida, asegura la funcionaria, salvaría miles de vidas cada año. Las recomendaciones finales se realizarán cuando termine el período en el cual se dialoga con empresas de la industria de los alimentos, y con el público en general.
Decenas de estudios han demostrado la relación entre el consumo de sal y el desarrollo de hipertensión, condición que eleva el riesgo de ataques cardíacos.
En total, un tercio de los estadounidenses tienen presión arterial alta. Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dijo que reducir el consumo de sal «salva vidas, reduce los costos del cuidado de salud y ahorra dinero».
En Estados Unidos, una reducción en la ingesta de sodio ahorraría un estimado de $4 mil millones en costos de atención de salud al año, y $32.1 mil millones en el transcurso de la vida de los adultos que tienen entre 40 y 85 años.
“Éste es un paso en la dirección correcta”, dijo Mark A. Creager, M.D., presidente de la American Heart Association y director del Centro Cardíaco y Vascular del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock. “Existe investigación científica exhaustiva que indica que cuando las personas consumen una dieta baja en sodio, comparada con una diete alta en sodio, su presión arterial es más baja. Animamos al público a que reduzca su consumo de sodio para minimizar su riesgo de presión arterial alta y sus consecuencias”.
No hay actualmente un límite para la cantidad de sal que un fabricante de alimentos le puede agregar a su producto. Por ejemplo, una rodaja de pizza de peperoni puede contener más de ochocientos miligramos. Dos rodajas de pan sándwich pueden contener un total de trescientos miligramos.
La FDA ha considerado por varios años establecer pautas para niveles de sodio voluntarios. El año pasado, el Center for Science in the Public Interest demandó a la dependencia por no contestar la petición que había hecho el grupo hacía diez años, en la que pedía restricciones sobre sal.
La mayor parte del sodio que los estadounidenses consumen no proviene del salero. Alrededor del 75 por ciento del sodio de la dieta estadounidense típica se añade a los alimentos comerciales durante el procesamiento, o a las comidas de restaurant durante la preparación. Apenas alrededor del 25 por ciento ocurre de forma natural o es añadida por el consumidor en la mesa o durante la cocción, según los CDC.