El Banco Interamericano de Desarrollo llama a invertir más en la infancia en América Latina

478
0
Compartir

El bienestar de los niños en América Latina y el Caribe deja aún mucho que desear. Si bien la mortalidad infantil (fallecimientos antes de cumplir el primer año de vida) se ha reducido en la región, pasando de 43 muertes por cada 1.000 nacimientos a 15 en dos décadas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) detecta graves carencias en la educación, que deben ser subsanadas desde la primera infancia. Estas son algunas de las conclusiones de la publicación insignia de la entidad financiera y think tank, que este 2016 pone el acento en la importancia de «la inversión de calidad» en los primeros compases de vida.

El economista jefe del BID, José Juan Ruiz, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, el lunes en Madrid.

Durante la presentación del documento, todos los ponentes recordaron que los niños son los adultos del futuro y la clave del progreso de las sociedades. «Invertir en la infancia tiene una de las mayores tasas de retorno, siempre lo hemos sabido; pero nosotros, los economistas, hemos tardado en convertir esta idea en números», explicó el economista jefe del BID, José Juan Ruiz. Estas inversiones, en su opinión, no deben ser consideradas como una donación por caridad: «Son tan importantes como una reforma laboral o como la construcción de infraestructuras».

Hay aproximadamente 50 millones de niños menores de cinco años en América Latina y el Caribe. Un niño de hasta seis años nacido en los percentiles más pobres de estos países, de nombre figurativo Antonio, puede llegar a tener un retraso de dos años y medio en comparación con un compañero criado en una familia de ingresos medios, Roberto. En otros términos, si Roberto sabe tres palabras simples —ballena, codo y trompeta—, Antonio solo conocerá una de ellas.

«Es inaceptable que la vida de una persona esté condicionada antes de que pueda tomar ninguna decisión», ha reclamado este lunes la secretaria general iberoamericana y exsecretaria general adjunta de la ONU, Rebeca Grynspan, en el acto de presentación del informe celebrado en la Casa de América, en Madrid. «Y sobre todo», ha añadido, «lo que dejemos de hacer hoy no podrá ser corregido, o será mucho más complicado de cambiar, mañana».

Otro dato que destaca el informe apunta que los países de la OCDE con mejores resultados en educación destinaron un 1,7% de su PIB a los niños de hasta cinco años, frente al 0,7% que invierte de media el resto de miembros de la OCDE y al 0,4% que asignaron a esta parte de la población los Estados latinoamericanos y del Caribe. En edades posteriores, de 6 a 12 años, el gasto es unas tres veces mayor.

El papel de la mujer

Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, reivindicó la «inmensa trascendencia» de la educación en países en desarrollo y destacó el papel clave de la mujer en los primeros avances cognitivos del niño: «Tenemos que contar con ellas».

El BID tiene en marcha unas 150 operaciones de crédito por valor de 1.700 millones de dólares (casi 1.500 millones de euros). El responsable del informe, Samuel Berlinski, pone como ejemplo de éxito un programa puesto en práctica en Kingston (Jamaica), en 1985, gracias al cual 129 niños recibieron la visita de un trabajador social una vez por semana durante dos años. «Estimularon su aprendizaje y eso quedó demostrado en el corto plazo, pero también 20 años después se pudo constatar que tenían mejores coeficientes y menores índices de depresión», relata Berlinski.

El porcentaje de niños de cinco años que acuden a preescolar ha ascendido en 40 puntos porcentuales en México en la última década y en 60 puntos porcentuales en Honduras, según el estudio. Sin embargo, la calidad de estos servicios fluctúa: «Nuestros sistemas heterogéneos no deberían acabar generando más desigualdad», advirtió la costarricense Grynspan.

No hay comentarios

Dejar una respuesta