Eliminar uso de bolsas plásticas, primer paso para sanar los océanos

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Fotografía del 4 de junio de 2016 de la contaminación del margen de Playa Azul, donde desemboca el Río Tárcoles, uno de los afluentes más contaminados de Costa Rica. (EFE/Jeffrey Arguedas)

El activista Stuart Coleman, artífice de que Hawai fuera el primer estado de EE.UU. en eliminar las bolsas plásticas de las tiendas de comestibles, subraya la necesidad de una mayor implicación de la sociedad civil y del sector privado para así ayudar a la “cura” del medioambiente.

En una entrevista con Efe, Coleman, coordinador de la Fundación Surfrider, organización sin fines de lucro dedicada a la protección y el disfrute de los océanos, olas y playas del mundo, afirmó que la campaña de reducir el uso de bolsas de plástico es efectiva porque inicia a nivel individual hasta extenderse a un ámbito nacional.

Fotografía del 31 de mayo de 2016, del experto Stuart Coleman coordinador de la Fundación Surfrider, durante una entrevista con EFE en San José, Costa Rica. (EFE/Jeffrey Arguedas)

“Reducir las bolsas de plástico es un primer paso, es algo grandioso que se puede empezar con una sola persona, una familia, un grupo de amigos. Cada una de esas personas representa 360 bolsas de plástico menos al año en el ambiente”, explicó el estadounidense.

El activista calificó al plástico como un “invento moderno” que está en todas partes, se consume en 15 minutos y después se desecha para quedar en el ambiente por décadas, de ahí la importancia de cambiar la mentalidad de las personas para que usen bolsas o botellas reutilizables.

Coleman se encuentra en Costa Rica como invitado especial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para impulsar acciones sostenibles en el marco del Día Mundial del Medioambiente, que se celebra este 5 de junio.

El estadounidense lideró la iniciativa para que Hawai fuera el primer estado de Estados Unidos en prohibir completamente las bolsas en las tiendas de comestibles.

La experiencia en Hawai ha sido exitosa y se han hecho algunas excepciones como el uso de bolsas para los vegetales, para lavandería o bolsas para la basura.

Para el activista, esta iniciativa puede hacer la diferencia, ya que cambiar la forma de reciclar en diferentes países puede ser más complicado debido a que se necesitan políticas públicas y porque reducir el uso de bolsas de plástico empieza por la decisión de cada persona.

Según Coleman, la cantidad de contaminación debido a las bolsas de plástico afecta a los turistas, al medioambiente, a la vida marina, a la economía, así como a la salud humana.

“El plástico no se degrada naturalmente, sino que se despedaza en partes y eso hace que los peces puedan ser capaces de comer pedazos de plástico, eso significa que cuando se pesca ese animal, tiene un montón de tóxicos y químicos que vamos a terminar consumiendo nosotros”, puntualizó.

Las partículas de plástico a veces son tan pequeñas y ocupan áreas tan extensas que muchas especies de peces las confunden con plancton.

“Cuando vemos atrás hablamos de la era del bronce, el hierro, la piedra y en 100 años esta va a ser la era del plástico, que va a cubrir todo. De aquí al 2050 va a haber más plástico que peces”, dijo el estadounidense.

Coleman añadió que Costa Rica, un país mundialmente reconocido por su biodiversidad, tiene muy buenos avances en protección al medioambiente, sin embargo, tiene muchos retos por cumplir ya que en sus aguas se puede observar materiales como cajas de helados, botellas, tapas y vidrio.

“Costa Rica es un país con la capacidad de eliminar las bolsas de plástico en los supermercados y marcar la diferencia como lo han hecho anteriormente con energía renovable y otras áreas en las que han sido líderes”, aseguró.

El activista añadió que “Hawai, al igual que Costa Rica, es un destino muy popular para los turistas y es importante que vean una ciudad limpia, no llena de bolsas de plástico en ríos y mares”.

El estadounidense indicó que para crear consciencia se debe recordar que las bolsas de plástico u otros objetos de ese material terminan en los océanos y tanto el Gobierno como las ONG, la sociedad civil y la empresa privada deben generar acciones que apoyen iniciativas que sean saludables para el ambiente.

Para Coleman además de las típicas 3R (reducir, reutilizar, reciclar) se debería agregar el “rechazar” cualquier tipo de plástico y el “rediseñar” los productos para no continuar creando objetos de este material.

En 1997, el oceanógrafo Charles Moore descubrió la denominada “gran mancha de basura del Pacífico”, la primera de su tipo, que está compuesta principalmente de material plástico y fango, mide actualmente unos 700.000 kilómetros cuadrados y se extiende entre la costa californiana, rodea Hawai y llega hasta Japón. EFE/María José Brenes

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