Las falsas creencias sobre estos trastornos pueden provocar discriminación, actitudes negativas y daño en quienes las padecen. Es vital informarse sobre ellas para lograr una mayor comprensión y empatía hacia el enfermo
El estigma no proviene solo de los demás. Es posible que se crea erróneamente que la enfermedad es un signo de debilidad personal o que se debería poder controlarla sin ayuda. La importancia de no aislarse (Getty)
Un estigma sucede cuando alguien percibe a otra persona de manera negativa por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considera (o de verdad es) una desventaja o un estereotipo negativo. Lamentablemente, son frecuentes las creencias y las actitudes negativas hacia las personas que tienen alguna afección de salud mental.
El estigma puede dar lugar a la discriminación. Esta puede ser evidente y directa, por ejemplo, si alguien hace un comentario negativo sobre la enfermedad mental o sobre el tratamiento.
O también puede ser no intencional o sutil, como cuando alguien evita a otra persona porque asume que podría ser inestable, violenta o peligrosa a causa de su enfermedad mental. Es posible que hasta la misma persona afectada se juzgue a sí misma.
El estigma puede producir resistencia al tratamiento, falta de comprensión por parte compañeros de trabajo, familia y amigos; menos oportunidades laborales hasta hostigamiento, violencia física o acoso.
Cuáles son los efectos nocivos del estigma
– Resistencia a buscar ayuda o tratamiento
– Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas
– Menos oportunidades laborales, o para participar en actividades escolares o sociales, problemas para encontrar una vivienda
– Hostigamiento, violencia física o acoso
– Un seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental
– La creencia de que nunca se superarán ciertos desafíos o de que la situación no mejorará
Pasos para enfrentarlo
Buscar asesoramiento, informarse sobre la enfermedad mental que se padece y conectarse con otras personas afectadas puede ayudar a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre sí mismo (Freepik)
Estas son algunas de las formas de hacer frente al estigma:
– Obtener tratamiento. Una persona puede ser reacia a admitir que necesita una terapia. No permitir que el miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental impida buscar ayuda. El tratamiento puede brindar alivio al identificar lo que está mal y reducir los síntomas que interfieren con el trabajo y la vida personal.
– No dejar que el estigma haga dudar de sí mismo y cause vergüenza. El estigma no proviene solo de los demás. Es posible que se crea erróneamente que la enfermedad es un signo de debilidad personal o que se debería poder controlarla sin ayuda. Buscar asesoramiento, informarse sobre el trastorno y conectarse con otras personas que padecen una enfermedad mental puede ayudar a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre sí mismo.
– No aislarse. Si se padece una enfermedad mental, es posible que no se desee contárselo a nadie. La familia, amigos, miembros de la iglesia o de la comunidad pueden ofrecer apoyo si saben sobre ella. Es importante comunicarse con personas en las que se tenga confianza para obtener la compasión, el apoyo y la comprensión necesarias.
– No identificarse con la enfermedad. Una persona no es su enfermedad. En lugar de decir “soy bipolar”, cambiar por “tengo trastorno bipolar”. En lugar de llamarse “esquizofrénico”, preferir “tengo esquizofrenia”.
Decir «no» al aislamiento. Si se padece una enfermedad mental, es posible que no se desee contárselo a nadie, sin embargo, es importante comunicarse con las personas de confianza para tener la compasión, el apoyo y la comprensión necesarios para superarla (Getty Images)
– Unirse a un grupo de apoyo.
– Buscar ayuda en la escuela. Si un adulto o un niño tienen una enfermedad mental que afecta el aprendizaje, averiguar qué planes y programas podrían ayudar. La discriminación contra los estudiantes debido a una enfermedad mental es ilegal, y los educadores en los niveles primario, secundario y universitario deben adaptarse a los estudiantes lo mejor que puedan. Hablar con maestros, profesores o personal docente sobre el mejor enfoque y los recursos. Si un maestro no sabe sobre la discapacidad de un estudiante, esto puede causar discriminación, barreras de aprendizaje y malas calificaciones.
– Hablar sin reparos contra el estigma. Considerar expresar tus opiniones en eventos, en reuniones o en Internet. Puede ayudar a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educar al público sobre las enfermedades mentales.
Los juicios y opioniones de los demás casi siempre provienen de una falta de comprensión más que de información basada en hechos. Aprender a aceptar la afección y reconocer lo que se debe hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a otros pueden marcar una gran diferencia.
Fuente-infobae.