Bajo la intensa presión de Arabia Saudita, la ONU ha decidido eliminar a la coalición militar, que encabeza Riad, de una lista negra por el asesinato de cientos de niños en su campaña de bombardeos en Yemen, informa la revista ‘The Intercept’.
El pasado viernes, Naciones Unidas publicó un informe en el que acusaba a la coalición saudita de ser responsable del 60% de los 785 niños muertos en Yemen solo el año pasado. Pero este lunes, en una conferencia de prensa en Nueva York, el embajador saudita ante la ONU, Abdalah al Mouallimi, reaccionó con enojo al informe y pidió que se corrija «inmediatamente».
Como esta lista de la vergüenza cede ante la manipulación política, pierde credibilidad y mancha el legado del secretario general en derechos humanos
Según Al Mouallimi, el 60% de las muertes infantiles por los bombardeos de la coalición saudita «es muy exagerado» y se remitió al concepto de «daños colaterales». Asimismo el diplomático dio a entender que el informe afectaría negativamente a las conversaciones de paz en Kuwait entre el Gobierno yemení, apoyado por la coalición, y los rebeldes hutíes.
Desde que comenzó la guerra en Yemen en marzo del 2015, más de 6.400 personas han muerto, la mayoría debido a las bombas de la coalición. Además, la coalición liderada por Riad ha impuesto un estricto bloqueo naval a esa nación, que importa el 90% de sus alimentos y el 100% de los medicamentos.
La «noble tarea» saudita
Pero Riad ha condenado el informe de la ONU y alabado la guerra. «Todo el mundo es testigo de que (la coalición) ha estado llevando a cabo una tarea noble hacia el pueblo yemení», señaló en un comunicado la Agencia de Prensa saudita.
Tras la reacción del reino árabe, la ONU ha anunciado que acepta «la propuesta de Arabia Saudita de que Naciones Unidas y la coalición encabezada por Arabia Saudita revisen conjuntamente los casos y cifras mencionados en el texto» y se «retira de la lista a la coalición en el anexo del informe». Sin embargo, el embajador saudita señaló que el cambio en la lista era «definitivo e incondicional».
Esta decisión ha provocado la indignación de organizaciones de derechos humanos. «Como esta lista de la vergüenza cede ante la manipulación política, pierde credibilidad y mancha el legado del secretario general en derechos humanos», lamentó Human Rights Watch.