En el video que se conoció en las últimas horas, se podía ver al «Chico Oxford» preparando albóndigas en una emisión especial de MasterChef famosos. A su lado estaban el cantante JB Gill y la actriz Emma Barton.
Su aparición fue casual y pasó desapercibida en el momento en el que salió al aire el programa. Estaba allí porque en ese momento trabajaba en la cocina del restaurante West Ham Bus Garage, donde se grabó el show.
Actuó como ayudante de las celebridades, que tenían la misión de cocinar hamburguesas para 100 conductores de ómnibus. De testimonios de allegados se desprende que trabajó casi diez años en el lugar.
Stephen John Port, de 40 años, se presenta como «graduado» de la Universidad de Oxford y como ex miembro de la Royal Marine. Está siendo enjuiciado en Reino Unido por el asesinato de cuatro hombres, todos en los últimos 14 meses.
Había sido detenido en un cementerio cercano a su casa por la Met Police. Los cuerpos de sus víctimas -a quienes conoció por medio de sitios gay para encontrar pareja- aparecieron en cuatro puntos diferentes. Dos de ellos, enterrados en tumbas de iglesias, según reportaron medios ingleses.
La primera de sus víctimas fue Anthony Patrick Walgate, de 23 años, a quien contactó mediante un sitio de citas. Fue hallado muerto en la calle Cooke el 19 de junio de 2014. El segundo de sus blancos fue Gabriel Kovari, de 22 años, cuyo cuerpo fue encontrado en una tumba de la iglesia Santa Margaret el 28 de agosto de 2014.
Un mes después, en el mismo lugar, apareció allí el cadáver de Daniel Whitworth, de 22 años y originario de Kent. Su última víctima sería Jack Taylor, de 25 años, cuyo cuerpo sin vida fue visto por un paseador de perros cerca de las Ruinas de Abbey.
Junto al cuerpo de Whitworth fue colocada una nota que pretendía ser la confesión de uno de los presuntos crímenes de Port: «No puedo más, tomé la vida de mi amigo Gabriel (Kovari). Estábamos teniendo un buen rato en casa de un compañero y nos dejamos llevar y le dimos otra oportunidad a GHB (una poderosa droga). Fue un accidente, sé que voy a ir a la cárcel si voy a la policía. He tomado lo que quedó de GHB, con pastillas para dormir; si muero es lo que merezco. De esta manera puedo al menos estar con Gabriel de nuevo», decía la sospechosa carta de «suicidio».
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