La medición fue realizada en un observatorio ubicado en Hawái. Este indicador mostró un incremento con respecto a 2022 y está entre los picos más grandes de la historia de este registro. Cómo impacta este fenómeno en el calentamiento global
El cambio climático se manifiesta a través de diversas problemáticas que afectan al planeta Tierra en su conjunto. Una de ellas, quizás la más conocida, tiene que ver con los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, un indicador que, en rigor, sigue en ascenso, según observó recientemente un grupo de expertos de Estados Unidos.
Los investigadores, que pertenecen al Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California San Diego, encontraron que los niveles de CO2 alcanzaron un máximo de 423 partes por millón (ppm) en el mes de mayo. Estas mediciones se realizaron en el Observatorio Atmosférico de Línea de Base de Mauna Loa, que está ubicado en Hawái.
Este sitio se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, un lugar propicio para tomar muestras sin la influencia de la contaminación local o la vegetación.
De acuerdo a los científicos, estos valores representan un aumento de 3,0 ppm en relación al mismo período de 2022 y el cuarto incremento anual más grande en el pico de la Curva de Keeling, que es un gráfico internacional que refleja los cambios en la concentración de CO2 en la atmósfera. “Los niveles de dióxido de carbono son ahora más de un 50% más altos que antes del inicio de la era industrial”, postularon los especialistas, que eligieron al mes de mayo como referencia ya que en esta época del año el CO2 alcanza su punto máximo en el hemisferio norte de la Tierra.
En este gráfico los expertos mostraron el marcado incremento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera (Observatorio Atmosférico de Mauna Loa)
“Cada año vemos aumentar los niveles de dióxido de carbono en nuestra atmósfera como resultado directo de la actividad humana. Cada año también vemos los impactos del cambio climático en las olas de calor, las sequías, las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas que ocurren a nuestro alrededor”, analizó en un comunicado Rick Spinrad, uno de los científicos a cargo de este procedimiento.
“Si bien tendremos que adaptarnos a los impactos climáticos que no podemos evitar, debemos hacer todo lo posible para reducir la contaminación por carbono y salvaguardar este planeta y la vida que lo llama hogar”, advirtió Spinrad en segundo lugar.
Charles David Keeling, colega de Spinrad en estas observaciones, amplió: “Lo que nos gustaría ver es que la curva se estabilice e incluso caiga porque el dióxido de carbono tan alto como 420 o 425 partes por millón no es bueno, porque muestra que por mucho que hayamos hecho para mitigar y reducir las emisiones, todavía tenemos un largo camino por recorrer”.
El dióxido de carbono permanece durante años en la atmósfera, y la quema de combustibles fósiles es uno de los motivos / EFE/Attila Balazs/Archivo
Según lo analizado por estos expertos en un comunicado conjunto, “la contaminación por dióxido de carbono se genera por la quema de combustibles fósiles para el transporte y la generación de electricidad, por la fabricación de cemento, la deforestación, la agricultura y muchas otras prácticas. Además, al igual que otros gases de efecto invernadero, atrapa el calor que irradia la superficie del planeta que, de lo contrario, escaparía al espacio, amplificando los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e incendios forestales, así como precipitaciones e inundaciones”.
“Estos datos, junto con las mediciones de las estaciones de muestreo de todo el mundo, son incorporados por el Laboratorio de Monitoreo Global a la Red de Referencia Global de Gases de Efecto Invernadero, un conjunto de datos de investigación fundamental para científicos climáticos internacionales y un punto de referencia para los formuladores de políticas que intentan abordar las causas y los impactos. del cambio climático”, agregaron.
El monitoreo de los gases de efecto invernadero
Cabe recordar que el dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero, ya que puede permanecer en la atmósfera durante décadas, mientras que otros como el metano y el óxido nitroso son menos prevalentes.
Petteri Taalas, de la OMM, apunta a monitorear los gases de efecto invernadero para tomar decisiones basándose en evidencia reciente concreta /REUTERS/Denis Balibouse
En ese tono, de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero aumentó casi un 50% entre 1990 y 2021. Días atrás, el organismo aprobó, durante su congreso anual, una nueva iniciativa de vigilancia y monitoreo de estos gases, una medida que permitirá a los países acelerar su lucha contra el cambio climático.
El proyecto, que se denomina Vigilancia Mundial de los Gases de Efecto Invernadero, posibilitará que la OMM acceda a un amplio conjunto de datos globales y permanentes sobre las concentraciones de dióxido de carbono, gas metano y óxido de nitrógeno en la atmósfera. Esta moción recibió el apoyo unánime de los 193 estados miembros de la OMM, reunidos en Ginebra.
Petteri Taalas, secretario general de la OMM, valoró esta iniciativa y alertó de que “las concentraciones de gases de efecto invernadero están en niveles sin precedentes y son más altas que en cualquier otro momento de los últimos 800.000 años”. Al tiempo que advirtió que “el aumento de los niveles de dióxido de carbono de 2020 a 2021 fue superior a la tasa media de crecimiento del último decenio, y la concentraciones de metano experimentaron la mayor subida interanual desde que comenzaron las mediciones”.
Fuente-infobae.