«Please, don’t go!» (Por favor, ¡no os vayáis!). Con esta petición envuelta en la bandera británica sale el sábado a la calle Der Spiegel. La portada de la revista alemana refleja bien la máxima preocupación que comparten el Gobierno y las élites de la primera economía del euro ante la posibilidad de que el próximo 23 de junio una mayoría de británicos opte por abandonar la UE. En el especial dedicado al Brexit por el semanario (que incluye 23 páginas en inglés), el ministro de Hacienda, el muy influyenteWolfgang Schäuble, lanza dos mensajes de calado: el referéndum, pase lo que pase, va a tener efectos en el proceso de integración europea; y si al final vencen los partidarios del Brexit, la salida será con todas las consecuencias, incluido el abandono del mercado único. «Si la mayoría de los británicos optar por irse, esta será una decisión en contra del mercado único».
«Dentro es dentro y fuera es fuera. Hay que respetar la soberanía del pueblo británico», asegura el temperamental político alemán. Schäuble descarta así que Londres pudiera acceder a un modelo parecido al de países como Noruega o Suiza, que no son miembros de la UE pero sí participan del mercado único. Es difícil discernir qué parte de cálculo político o de declaración de principios inamovible tienen estas declaraciones a dos semanas de la votación. Pero sí que evidencian el intento alemán de arrastrar a los votantes dubitativos al campo del sí a la UE; y al mismo tiempo presagian negociaciones muy difíciles si los euroescépticos acaban venciendo.
Pero casi más interesante es la declaración que hace Schäuble sobre los efectos que tendrá el referéndum en la integración europea. «No podemos responder simplemente con más integración. Sería torpe. Mucha gente se preguntaría, con razón, si los políticos no hemos entendido nada», asegura el ministro de Finanzas. Incluso en el caso de que los británicos decidieran quedarse por una escasa mayoría, «debemos entender lo ocurrido como un aviso y no seguir como siempre», añade.
El dirigente democristiano, que en sus más de 40 años de vida pública ha ocupado los ministerios más importantes y aspiraba a suceder al cancillerHelmut Kohl, admite las consecuencias negativas que una salida del Reino Unido tendría para el proyecto europeo en su conjunto. ¿Seguirían otros países el ejemplo británico? «No se puede descartar», responde. Y él mismo se pregunta cómo reaccionarían los holandeses, «tradicionalmente muy vinculados a Gran Bretaña». Pese a todos los problemas que traería el Brexit, Schäuble muestra su convencimiento de que la UE también puede funcionar sin Reino Unido.