«No era una persona estable», declaró la ex esposa al diario The Washington Post bajo condición de anonimato porque teme por su seguridad tras la masacre cometida por el estadounidense de origen afgano Omar Mateen.
«Me golpeaba. Venía a casa y empezaba a golpearme porque la colada no estaba acabada o cosas así», afirmó la mujer, que conoció al sospechoso hace ocho años en internet y decidió mudarse a Florida para casarse con él en marzo de 2009.
Al principio de los pocos meses que estuvieron casados, «él parecía una persona normal» hasta que se tornó violento, indicó, al precisar que su marido no era muy religioso y hacía ejercicio en el gimnasio con frecuencia.
Además indicó que el presunto asesino no dio nunca señales de haberse radicalizado, poseía una pistola de bajo calibre y trabajaba como guardia en un centro de delincuentes juveniles.
De acuerdo con la mujer, la familia de Mateen procedía de Afganistán, pero él nació en Nueva York y se mudó posteriormente a Florida con sus familiares.
El presunto autor de la matanza fue identificado como Omar Mateen. Portaba un fusil de asalto y una pistola. Murió en un enfrentamiento con la Policía, que entró al local para liberar a los rehenes.
La Policía de Orlando informó hasta el momento que las víctimas mortales de la matanza en el club Pulse de Orlando ascienden a 50 personas, a los que hay que sumar 53 heridos, varios de ellos en estado crítico.