La empresa tecnológica Microsoft estudia la posibilidad de usar energía nuclear para alimentar su centro de datos de Inteligencia Artificial (IA), según el diario The Wall Street Journal, que presenta la información como exclusiva.
De acuerdo al medio, un sólo centro de datos actual ya requiere tanta electricidad como la que usan cientos de miles de casas, y la inteligencia artificial exige una potencia de cálculo aún mayor, por lo que este tipo de energía podría saciar su necesidad masiva de corriente.
La intención de Microsoft de usar esta energía en su centro de datos de Inteligencia Artificial responde al creciente interés de la compañía por la IA y la supercomputación -actualmente controla el 49 % del capital de OpenAi, creadora del famoso ChatGPT- así como a su objetivo de reducir su uso de combustibles fósiles.
Muchas grandes empresas tienen sus ojos puestos en la energía nuclear, ya que no emite carbono y, a diferencia de las renovables -como la eólica o la solar-, no depende de ningún factor meteorológico para funcionar, pudiendo operar las 24 horas del día.
Microsoft publicó una oferta de trabajo el pasado septiembre en la que buscaba un experto en energía nuclear que ayudara a integrar reactores modulares más pequeños (SMR, por sus siglas en inglés) en su planificación eléctrica, y además está comprando energía de centrales nucleares ya existentes, según el periódico.
En la última conferencia anual sobre el clima de las Naciones Unidas, la COP28, uno de los focos fue precisamente el uso de estos reactores; sin embargo, como señala el Wall Street Journal, ningún país de Occidente ha recurrido al empleo de estos reactores, que muchos consideran el futuro de la energía nuclear, como sí está haciendo China.
Constellation Energy, el mayor propietario de centrales nucleares de Estados Unidos, acordó vender a Microsoft energía nuclear para usarla en un centro de datos de la empresa en Virginia cuando la energía eólica y solar no estén disponibles.
El empleo de este tipo de energía genera un polémico debate a nivel internacional, ya que preocupan sus posibles efectos medioambientales, además de la preocupación por que su uso pueda derivarse para crear armas nucleares.
Como el proceso para conseguir la aprobación y regulación de este proyecto por parte del gobierno de Estados Unidos puede durar años y costar cientos de millones de dólares, la corporación de Bill Gates también pretende utilizar la IA para agilizar todo el proceso, incluso en el aspecto burocrático.
En este sentido, en los últimos seis meses Microsoft ha estado elaborando junto a Terra Praxis (una organización sin ánimo de lucro que promueve el acceso universal a una energía respetuosa con la naturaleza) un modelo que reúne documentos de regulación y licencias nucleares para facilitar este proceso de aprobación.