Un nuevo testimonio revela el macabro plan detrás del secuestro de Madeleine McCann

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Habló un británico que vivía en la misma comunidad nómada a la que pertenecía Christian Brückner, el principal sospechoso de la desaparición de la pequeña. Dijo que conocía sus intenciones y relató cómo se enteró

Nueva información sobre el caso Madeleine “Maddie” McCann reveló que, una semana antes de que la pequeña desapareciera en Portugal, se estaba tramando un plan para secuestrar a un niño y vendérselo a una pareja sin hijos.

Ken Ralphs, antiguo activista político en el Reino Unido, aseguró que Christian Brückner, el principal sospechoso de secuestrar a Maddie, trató de reclutar a un amigo común para que lo ayudara a encontrar a un niño y ofrecerlo por dinero a una pareja, según información de Sky News.

Ralphs dijo que el vagabundo alemán le hizo la oferta al hombre, que no tenía dinero y vivía en una carpa en un lugar remoto de la costa del Algarve.

“Una noche estábamos sentados alrededor del fuego después de comer, nos tomamos unas cervezas y de madrugada mi amigo empezó a llorar. Le pregunté qué le pasaba y, al final, me confesó que se había liado con Christian para robar un niño de Praia da Luz a una familia rica”, declaró a Sky News.

Ralphs, Brückner y su amigo común, un extranjero cuyo nombre no puede revelarse por motivos legales, formaban parte de una comunidad nómada y bohemia que vivía aislada en el suroeste de Portugal.

Un hombre camina por la playa cerca del complejo turístico donde Madeleine McCann, de tres años, desapareció en 2007, en Praia da Luz, Portugal, 4 de junio de 2020. REUTERS/Rafael Marchante/ArchivoUn hombre camina por la playa cerca del complejo turístico donde Madeleine McCann, de tres años, desapareció en 2007, en Praia da Luz, Portugal, 4 de junio de 2020. REUTERS/Rafael Marchante/Archivo

“Christian sabía que el tipo era vulnerable y quería viajar al extranjero, pero no podía marcharse porque no podía pagar los billetes de avión”, explicó Ralphs al corresponsal Martin Brunt de Sky News.

Según el medio británico, Ralphs le dijo a su amigo que no se involucrara y se ofreció a ayudarlo económicamente cuando regresara de un viaje al Reino Unido.

“Le dije que no podía involucrarse en el secuestro de una persona para pedir rescate, eso es ridículo, entonces me explicó – ‘no, no es así’. Christian tenía un cliente, un comprador en fila, una pareja alemana que no podía tener hijos”, añadió.

En junio pasado, un testigo clave en la desaparición de Madeleine McCann se refirió al caso por primera vez y dio detalles sobre las escalofriantes imágenes de abusos sexuales que vio en un video grabado por el principal sospechoso y antiguo amigo, Christian Brueckner.

Christian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann. Carabinieri/Handout via REUTERS/ArchivoChristian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann. Carabinieri/Handout via REUTERS/Archivo

En una entrevista con el diario alemán BildHelge Busching sostuvo que su vida se ha visto arruinada por la insoportable carga de lo que sabe.

El también delincuente dijo que conoció al sospechoso del secuestro de Maddie casi al mismo tiempo de la desaparición de Madeleine en Portugal en 2007. Unos amigos se lo presentaron. “La primera impresión fue que era un tipo agradable, simpático y sociable”, declaró a Bild.

Tiempo después, Brueckner fue encarcelado y Helge decidió ir a la casa de su antiguo amigo a robar. Fue entonces que descubrió el material que lo dejó perturbado durante años.

El robo

“Registramos el apartamento, nos llevamos una cámara de vídeo, un montón de cintas grabadas y una pistola”, declaró el medio.

“Fuimos a mi casa, donde tenía un gran televisor, y vi los primeros videos. Al principio pensé que se trataba de un largometraje. Mostraba a alguien azotando a la mujer. Estaba atada, tumbada en la cama y debía de tener 70 u 80 años. Llevaba gafas de bucear pintadas y no podía ver. Hablaba inglés y gritaba: ‘¡Maldito bastardo!”, precisó.

“Al final del video se sentó en la cama y se bajó la máscara. Entonces vi que era Christian Brueckner. No lo podía creer. Le dije a Manni (su amigo): ‘Ven aquí y mira lo que está pasando’”, añadió.

Kate y Gerry McCann posan para los medios con un cartel de búsqueda que ofrece una imagen generada por computadora sobre la posible progresión de la edad de su hija Madeleine, que desapareció en Portugal en 2007, durante una conferencia de prensa en Londres, el 2 de mayo de 2012. (AP Foto/Sang Tan, archivo)Kate y Gerry McCann posan para los medios con un cartel de búsqueda que ofrece una imagen generada por computadora sobre la posible progresión de la edad de su hija Madeleine, que desapareció en Portugal en 2007, durante una conferencia de prensa en Londres, el 2 de mayo de 2012. (AP Foto/Sang Tan, archivo)

Manni miró el video dos minutos y dijo: “No quiero saber nada de eso”. Helge respondió: “¡Lo he visto, se ha quitado la máscara!”.

El principal testigo del caso también reveló que había videos sexuales con una anciana y con una menor, cuya edad cifró en 13 años aproximadamente.

“Estaba atada desnuda a una viga. [Brueckner] se sentó detrás en el sofá y se burló de ella. ‘Esto roza la violación’ dijo ella, y él se limitó a decir: ‘Cállate’”, indicó.

“Fue entonces cuando supe qué clase de tipo era”, afirmó Helge.

Un policía alemán que conocía le recomendó que no tocara los videos ni la pistola.

“Manni tiró el arma a un embalse y yo vendí la cámara. Más tarde, cuando salí de Portugal, dejé los vídeos en mi casa rodante. No está claro dónde fueron a parar”.

La familia McCannLa familia McCann

La confesión

Busching contó que Brueckner, casi sin darse cuenta, le confesó en España en 2008 lo que había hecho con Madeleine McCann en Portugal un año antes.

“Me preguntó: ‘¿Ya no vas a Portugal ni haces negocios allí? Le dije: ‘No. Desde que la chica desapareció allí, ha habido demasiados controles policiales para mí y no necesito eso en absoluto. No entiendo cómo la pequeña ha podido desaparecer sin dejar rastro”.

El comentario recibió una respuesta que no esperaba y lo dejó sin palabras: “Inmediatamente pensé que él lo sabía, que tenía algo que ver. Conocía sus antecedentes por el video. Me puse muy mal. El también comprobó que yo lo había entendido y se fue por la noche”, recordó.

Justo antes de desaparecer de su vida, Brueckner pronunció tres palabras que quedaron retumbando en la cabeza de su antiguo amigo, el ladrón Helge Busching: “Ella no gritó”.

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