Cada 12 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Acción contra la Migraña con la finalidad de concientizar a la población sobre esta afección neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
A pesar de que no suele creerse la magnitud en la que puede afectar, lo cierto es que la migraña va mucho más allá que un dolor de cabeza, es una afección debilitante que puede limitar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Qué es la migraña?
La migraña es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por dolores de cabeza recurrentes, de moderados a severos, generalmente en un solo lado de la cabeza. Estos dolores, acompañados a menudo por náuseas, vómitos, una extrema sensibilidad a la luz y al sonido, pueden durar desde varias horas y hasta varios días.
Sin embargo, la migraña no es solo un dolor físico. Para quienes la padecen, las crisis pueden interferir en su capacidad de trabajar, estudiar y llevar una vida social normal. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña es la segunda causa de discapacidad a nivel mundial entre los trastornos neurológicos.
Se estima que más de mil millones de personas en el mundo sufren de migraña, lo que la convierte en una de las enfermedades más comunes.
Por lo general, las mujeres tienen una mayor prevalencia. Según estudios, esto se debe en parte a factores hormonales, como los cambios en los niveles de estrógenos, que pueden desencadenar ataques.
Aunque la migraña ha sido conocida desde tiempos antiguos, los avances científicos y médicos sobre sus causas y tratamientos siguen siendo limitados. Se cree que una combinación de factores genéticos, ambientales y neurológicos juegan un papel clave en su aparición, pero los mecanismos exactos aún no se comprenden del todo.