Según la demanda presentada, el cambio inesperado de asientos de primera clase a clase turista provocó un estrés fatal en el bulldog francés que fue encontrado muerto al llegar a su destino
Un trágico incidente a bordo de un vuelo de Alaska Airlines ha desencadenado una demanda legal en la que un hombre de San Francisco acusa a la aerolínea de negligencia, tras la muerte de su perro bulldog francés de tres años. Michael Contillo, el propietario de Ash, asegura que la muerte de su mascota fue consecuencia directa del cambio inesperado de primera clase a clase turista, situación que, según él, generó un fuerte estrés en su perro, provocando complicaciones respiratorias que culminaron en su fallecimiento.
El viaje ocurrió el pasado 1 de febrero, en un vuelo de regreso desde Nueva York a San Francisco. Según la demanda, presentada el 16 de octubre en el Tribunal Superior del Condado de San Francisco, Contillo adquirió boletos de primera clase para él y su padre específicamente para garantizar un mayor espacio y reducir la exposición de sus mascotas a los pasajeros, con el fin de minimizar el estrés y asegurar su bienestar durante el trayecto.
En la compra de boletos, también reservó espacio en cabina para sus dos bulldogs franceses, Ash y Kora, pagando un adicional de 100 dólares por cada uno y cumpliendo con las políticas de Alaska Airlines sobre transportes en cabina, según contó a NBC News.Los boletos de primera clase buscaban minimizar el estrés de sus dos perros, Ash y Kora, durante el vuelo. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Previo al vuelo de retorno, Contillo llevó a ambos perros al veterinario en Nueva York para asegurarse de que estaban en condiciones óptimas de salud para volar. Los exámenes confirmaron que ambos caninos estaban sanos y aptos para viajar, lo que dio tranquilidad a Contillo, quien había volado en la ida sin contratiempos en la primera clase con sus dos perros.
La demanda detalla que poco antes de despegar, un asistente de vuelo de Alaska Airlines, junto con otro empleado, solicitó a Contillo y su padre que se trasladaran a la fila 11 de clase turista, aludiendo razones de seguridad. A pesar de sus objeciones, el personal de la aerolínea insistió en que debían cambiarse, ignorando las advertencias de Contillo sobre el peligro que el cambio de ambiente podría representar para la salud de sus perros, especialmente en Ash, quien ya mostraba signos de ansiedad.
El cambio a clase turista significó un espacio más reducido y mayor exposición a otros pasajeros. Al poco tiempo de ser movido, Ash comenzó a respirar de forma rápida y agitada, mostrando síntomas visibles de ansiedad. Según el relato de Contillo en la demanda, le indicaron que mantuviera la puerta del transportín cerrada, a lo cual él accedió, aunque le preocupaba que Ash pudiera experimentar una crisis debido a las limitaciones de espacio y aire.Al llegar a San Francisco, Contillo se encontró con la devastadora muerte de Ash debido al estrés del vuelo. (NTSB/REUTERS)
Al aterrizar en San Francisco, Contillo encontró a su perro inmóvil y en rigor mortis, una señal de que había fallecido horas antes de que el vuelo concluyera. Este doloroso descubrimiento devastó a Contillo, quien había considerado a Ash como un hijo, dada su cercanía con el perro y el hecho de que no tiene hijos biológicos.
La demanda sostiene que la tripulación, incluida el piloto, no mostró ninguna simpatía ni ofreció palabras de condolencias a Contillo por la pérdida de su mascota, y hasta el momento, la aerolínea no se ha puesto en contacto con él para tratar lo sucedido, de acuerdo con CBS News.
La Asociación Americana de Medicina Veterinaria recomienda que estos animales viajen en cabina en lugar de en la bodega para reducir riesgos de salud, algo que Contillo intentó garantizar desde el principio reservando asientos en primera clase.La demanda alega que la aerolínea incumplió su contrato y fue negligente en el manejo de la situación. (REUTERS/Joshua Roberts)
La demanda, presentada en el Tribunal Superior del Condado de San Francisco, alega incumplimiento de contrato, negligencia en la atención y supervisión por parte del personal, y busca una compensación por los daños emocionales causados. Contillo sostiene que la acción de Alaska Airlines fue injustificada y que la aerolínea debería haber previsto los riesgos y requisitos especiales que sus mascotas necesitaban para un vuelo seguro.
En respuesta a la tragedia, Contillo pide daños punitivos que serán determinados en el juicio, argumentando que la aerolínea, al cambiarlo de asientos de manera injustificada, contribuyó a la muerte de Ash. La demanda subraya que el personal de Alaska Airlines debería haber mostrado mayor comprensión y conocimiento sobre los riesgos asociados con estas razas, así como mayor sensibilidad ante la pérdida de una mascota tan querida.
Hasta ahora, ni los representantes de Alaska Airlines ni los abogados de Contillo han emitido comentarios adicionales sobre el caso. Este incidente reabre el debate sobre la responsabilidad de las aerolíneas en la seguridad de las mascotas durante los vuelos y la necesidad de tomar precauciones adicionales para proteger la salud de animales con condiciones respiratorias especiales.