Santo Domingo, ciudad de 520 años con deficiente planificación

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En 1528 Santo Domingo tenía alrededor de 15 mil habitantes. En casi cinco siglos pasó a tener más de 3.3 millones. Análisis indican que el Gran Santo Domingo crece 8.86 kilómetros cuadrados cada año, sobre todo hacia Santo Domingo Este. Esta expansión, en su mayoría no planificada y con una carga migratoria, ha generado que la gente coexista con un tránsito caótico, no tenga un manejo adecuado de sus aguas residuales y desechos sólidos, y se incumplan las normativas de uso de suelo.

Santo Domingo ha conocido cinco grandes constructores: Nicolás de Ovando, que la refunda; Diego Colón, que la desarrolla; Rafael Trujillo, que la consolida; Joaquín Balaguer, que la expande, y Leonel Fernández, que la “moderniza”, indica el urbanista Cristóbal Valdez en su libro “Historia crítica de la ciudad de Santo Domingo”.

Valdez, quien fue director de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento del Distrito Nacional, destaca que el crecimiento y desarrollo de Santo Domingo ha estado pautado fundamentalmente por las decisiones que estos cinco gobernantes tomaron en su momento, “sin planes explícitos, pero con una noción clara de la ciudad que ellos mismos querían lograr, y con la ausencia total de participación de los gobiernos locales”.

Oficialmente se registra que Santo Domingo se fundó en 1496 en la margen occidental del río Ozama; posteriormente se trasladó al oeste del mismo río. Valdez recuerda que es en 1502 cuando Santo Domingo toma carácter de ciudad.

Explore el siguiente mapa interactivo, haciendo click en los puntos rojos, para conocer cómo se expandió la ciudad desde 1492 hasta 2012. Para verlo en pantalla completa haga click aquí.

En 2001 la ciudad se dividió para crear la provincia Santo Domingo y, consigo, más cargos políticos.

“Ese fue uno de los muchos errores que se han cometido”, expresa Valdez a Diario Libre. “Esto lo que hizo fue poner a los pobres en una provincia y a los ricos en el Distrito Nacional, aunque también haya pobres en el Distrito Nacional”.

Actualmente, se denomina Gran Santo Domingo al territorio número uno dentro de la división político-administrativa. Está constituido por la capital (Distrito Nacional) y las zonas urbanas de los municipios Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte, Los Alcarrizos, Pedro Brand y los distritos municipales San Luis, Pantoja, Palmarejo-Villa Linda y La Guáyiga. Ocupa una área de 1,393.8 km².

Concentra sectores de distintas clases sociales, destacándose barrios marginados levantados a orillas de los ríos Ozama e Isabela, en violación a las leyes. La organización Ciudad Alternativa estima que aproximadamente 200 mil personas viven en las márgenes del Ozama, desde Los Tres Brazos hasta la Ciénaga.

“Siempre las direcciones de Planeamiento Urbano se ven básicamente como un centro para captación de fondos del Ayuntamiento en cuanto a otorgamiento de permisos y no planifican realmente el territorio”, dice Marcos Martínez, exdirector de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (2006-2010). “Simplemente otorgan permisos por un uso de suelo y con ello ingresar a las arcas del municipio para otras cosas”.

El Gran Santo Domingo está constituido por la capital (Distrito Nacional) y las zonas urbanas de los municipios Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte, Los Alcarrizos, Pedro Brand y los distritos municipales San Luis, Pantoja, Palmarejo-Villa Linda y La Guáyiga. Ocupa una área de 1,393.8 km². (ONE)
El Senado tiene pendiente aprobar el proyecto de Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelo (ver adjunto), que perimió en enero del presente año, fue reintroducido en marzo y enviado a comisión.

El país ha tardado en cumplir el plazo de no más de tres años, establecido en 2012 en la Ley Orgánica de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, para tener un Plan de Ordenamiento Territorial.

Franklin Labour, titular de la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial (DGODT), explica que se revisa un borrador de dicho Plan -realizado en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente-, y espera que pueda presentarse en unos dos meses. Además de éste, se contaría con planes regionales, provinciales y municipales.

Y la ciudad crece sin control

La metrópolis dominicana cambia progresivamente su aspecto físico y con los años se vuelve más vertical y agrupa la mayor cantidad de construcciones.

Solo entre 2010-2014 se usaron 7,245,799 metros cuadrados de área para construcción (63 % en el Distrito Nacional y el resto en Santo Domingo) de los 1,393.8 millones de metros cuadrados con que cuenta el Gran Santo Domingo.

De acuerdo con registros del Departamento de Tramitación de Planos del Ministerio de Obras Públicas (MOPC) -compilados en el documento Dominicana en Cifras 2015- de 4,228 permisos otorgados en todo el país por el Estado (2010-2014) para la construcción del sector privado, el 58 % se concentró en Santo Domingo y el Distrito Nacional.

Ambos territorios acapararon la mayoría de las inversiones en dicho sector. En esos años, fueron RD$38,731.9 millones, del total general (RD$55,892.1 millones) que recibió el país.

En los últimos tiempos, las torres predominan como el tipo de estructura que más permisos ha recibido de construcción. Entre 2015 y lo que va de año, en el Gran Santo Domingo se han emitido 754 licencias, y de esta cantidad, 402 corresponden a torres (más del 50 %) y solo 133 a edificación de viviendas.

La primera de las instituciones políticas fundadas por los españoles en el Nuevo Mundo fue el Cabildo Municipal, una corporación pública que se creó para administrar y regir cada una de las villas y ciudades españolas y pueblos de indios.
Estas cifras no incluyen las obras ilegales. De acuerdo con el director de Edificaciones del MOPC, Milton Torres, diariamente los técnicos del Ministerio reportan entre 10 y 12 proyectos irregulares en la capital, lo que representa unas 300 por mes y alrededor de 3,600 al año.

“Las construcciones ilegales proliferan en todo el país y evidentemente que de aquellas que no hemos podido revisar no tenemos ningún control, y son múltiples”, indicó Torres a Diario Libre en un reportaje publicado en enero del presente año.

“Las edificaciones a las que nosotros emitimos licencia están avaladas por una revisión técnica que tiene que cumplir necesariamente con el código de construcción que tenemos”, resaltó Torres. Este seguimiento se sale de control en los sectores de más pobreza en la ciudad donde por lo general construyen sin permiso y con un bajo presupuesto.

El estudio “Amenaza sísmica y vulnerabilidad física del Gran Santo Domingo”, finalizado recientemente, establece que más del 50 % del Gran Santo Domingo se encuentra en zonas de alta vulnerabilidad ante un sismo de gran intensidad. Los sectores que bordean el río Ozama, en el Distrito Nacional, presentan la más alta peligrosidad.

La explicación es que en La Ciénaga, Guachupita, Gualey, Los Guandules, El Arrozal, Borojol y en toda la parte baja que rodea el torrente, existen suelos arcillosos, arenas y un material deficiente donde se debe tener cuidado al construir. Hay áreas como Los Prados, en el Distrito Nacional, donde las autoridades deberán prestar mayor atención a las edificaciones existentes y las que están por construir, al ser también de suelo arcilloso, indica el estudio.

La altura que debería tener la ciudad por tipo de zona es un desafío para el Gran Santo Domingo, pues en algunas demarcaciones, como el Distrito Nacional, se incumplen las normativas, y otras, como Santo Domingo Norte, no poseen regulación. En esta parte, la ciudad crece de forma vertiginosa y sin el control de sus autoridades municipales.

“Tenemos un plan piloto en una zona de Santo Domingo Norte pero no para todo el municipio, solo esa parte cuenta con una zonificación de densidades pero en el resto del municipio no hemos podido trabajar”, confiesa Hilario Peña, director de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte.

La ciudad no está totalmente pensada, pero no solo en la parte norte. Hay deficiencias en el diseño de planos municipales que indiquen cómo debería ser el Gran Santo Domingo. Se construyen estaciones de combustibles al lado de residencias, y casinos y bares próximo a escuelas, lo que significa que no se respetan las normas para esos fines.

Santo Domingo, ciudad de 520 años con deficiente planificación
¿Cómo están las zonas verdes?

Tras tomar como modelo los grandes parques que veía en el extranjero, el expresidente Joaquín Balaguer quiso hacer lo mismo en la ciudad. En 1968 empezó por construir en un potrero baldío el Mirador Sur.

En la actualidad, en los 91.08 kilómetros cuadrados del Distrito Nacional hay unos 30 parques, conforme un reporte del Ayuntamiento (ver adjunto).

En los 169.2 kilómetros cuadrados de Santo Domingo Este el cabildo reporta 82 parques y en su Plan Municipal de Desarrollo se atribuye al mal uso de estos espacios que la mayoría presente deterioro en las instalaciones de juegos para niños y en sus plantas ornamentales. También hay sectores que los necesitan y no los disponen.

Para Santo Domingo Norte el Ayuntamiento cuenta 26 parques. De siete visitados por Diario Libre, solo dos se encontraban en buen estado.

En Santo Domingo Oeste hay alrededor de 18; cuatro de éstos infantiles, algunos con falta de mantenimiento. Además, sectores del municipio no cuentan con un lugar de esparcimiento.

A pesar de los avances que las alcaldías han logrado en la última década en el manejo de servicios, como la recogida de los desechos sólidos, las deficiencias que se mantienen sitúan a Santo Domingo en la posición 115 de 148 ciudades a las que se le evaluó su planificación urbana para elaborar el índice Cities in Motion 2015 de la IESE Business School de la Universidad de Navarra.

Para la evaluación se tomaron en cuenta la calidad de las infraestructuras sanitarias, el número de personas que conforman una unidad familiar, el sistema de circulación de bicicletas de la ciudad y el número de tiendas de este medio de transporte por cada 100,000 habitantes, y la cantidad de arquitectos por igual proporción poblacional.

Santo Domingo tuvo su primer acueducto en 1924. Hoy día la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) estima que solo el 5 % de la población de la ciudad cuenta con servicios de tratamiento de aguas residuales.

En el Plan Municipal de Desarrollo de Santo Domingo Este, el Ayuntamiento indica que existen zonas con un sistema cloacal y pluvial parcial, incrementándose el riesgo de inundaciones. Solo el 10 % del municipio dispone de sistema de alcantarillado sanitario.

Como paliativo, el Gobierno construye una estación depuradora en La Yaguaza, Santo Domingo Norte, por RD$2,890.8 millones, para reducir la descarga de aguas residuales domiciliarias de 24 barrios del Distrito Nacional, Santo Domingo Norte y de 54 industrias en los ríos Ozama e Isabela. El proyecto beneficiará a 450,000 personas.

El estudio Cities in Motion 2015 indica que una planificación deficiente provoca una reducción en la calidad de vida y afecta los incentivos de inversión.

Destaca que para mejorar la habitabilidad de cualquier territorio es necesario tener en cuenta los planes maestros locales y el diseño de zonas verdes y espacios de uso público, y apostar por un crecimiento inteligente.

¿Existen soluciones?
Cristóbal Valdez, quien por 35 años fue profesor de Diseño Urbano y Urbanismo en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), identifica las siguientes soluciones de planificación urbana:

– Ubicar una zona industrial en los predios de la avenida Circunvalación Santo Domingo que permita un mejor acceso a la importación y exportación de materias primas y de productos, a otros mercados y suplidores del interior del país -sin tener que entrar a la ciudad-.

– Que surja un líder entre los alcaldes que procure una correcta planificación que comprenda todo el territorio.

El arquitecto Erick Dorrejo también hace su propuesta. Entiende que el Distrito Nacional es parte de un sistema metropolitano. “Por lo tanto, la sugerencia es fortalecer el ámbito de la planificación subnacional, desde el nivel regional (en coordinación con los ayuntamientos), que permita asumir la planificación y gestión de cierto tipo de temas que trascienden el límite político-administrativo de las municipalidades”, concluye.

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