En un fallo sin precedentes, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), órgano dependiente del Banco Mundial (BM), se pronunció a favor del gobierno de Uruguay tras haber sido demandado por la tabacalera trasnacional Philip Morris International.
Considerada la mayor empresa tabacalera del mundo, la suiza Phillip Morris demandó al gobierno de Tabaré Vázquez por la aplicación de una política de Estado en contra del consumo de tabaco y la limitación del uso de marcas en las cajetillas de cigarrillos.
El país suramericano enfrentó un juicio en que la tabacalera le exigía 25 millones de dólares, considerando que las medidas gubernamentales perjudicaban a la empresa desde el punto de vista comercial y violaban un tratado de promoción y protección de inversiones firmado con Suiza en 1998.
Al conocer el fallo, el presidente uruguayo aseguró que su nación «ha salido gananciosa y las pretensiones de las tabacaleras han sido rotundamente rechazadas». Agregó que el tabaquismo «ha matado a más personas que las que murieron en los conflictos bélicos que el mundo padeció en el siglo XX» y que él solo «defendió su poder soberano para dictar normas de advertencias sanitarias».
Un gol
Esta decisión internacional ha sido motivo de fiesta en la República oriental, como explicó a RT Lucas Silva, director del periódico ‘La Diaria’: «No es poca cosa para [Tabaré] Vázquez. Hay que tener en cuenta que internamente se consolida una percepción de cierto desgaste tras once años de gobiernos del Frente Amplio. La situación económica no es tan alentadora como hace unos años y el panorama regional cambió mucho, sobre todo en Brasil. Si hay que sintetizarlo de alguna manera: para el oficialismo significó una gran victoria en medio de una situación política compleja y quizás por eso lo festejó casi que como un gol».
«Con los días, ya hilando más fino, han aparecido otras discusiones vinculadas al fallo que también son importantes: la conveniencia de que las políticas públicas en áreas clave dependan de los designios del Banco Mundial, los abusos que habilita el sistema de protección de inversiones o el papel que cumplen los costosos estudios de abogados que participan en estos litigios», afirmó Silva.
Gran victoria
«Hay dos dimensiones de análisis, una muy importante es que el fallo genera precedentes para avanzar en el control del tabaquismo. Otra dimensión está referida a la necesidad que tienen los países de no ceder su soberanía ante organismos internacionales que, por lo general, han optado por respaldar a las empresas y condenar a los Estados. En esta oportunidad primó la salud pública por encima del mercado», dijo a RT el analista político Carlos Freítez.
Por su parte, la periodista uruguaya Natalia Uval escribió que el litigio «pasó a ser una disputa entre las políticas globales de salud, representadas por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y una corporación respaldada por la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual, en defensa de su derecho al lucro».
Además, a juicio de Uval, el dictamen es para su país «una lección de cómo es posible resistir la presión de las empresas capitalistas transnacionales sobre la regulación de las políticas del Estado».
Alarma latina
Las políticas aplicadas en el Uruguay que desencadenaron la demanda de la tabacalera suiza se sustentan en las alarmantes cifras de aumento del consumo de tabaco en Latinoamérica. Un informe, publicado en el portal Antroposmoderno, da cuenta de que «la tasa de tabaquismo en jóvenes para algunas ciudades de América Latina es del 50%» y de que actualmente «se estima que hay 150.000 muertes anuales en la región por causa del tabaco».
Los números crecen en forma continua y en los próximos 25 años, agrega el texto, la cantidad de muertes se triplicará. «Para el año 2020, el tabaco estará ocasionando el fallecimiento de 400.000 personas cada año».
Peligro mundial
Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en el sitio web del Banco Mundial asegura que el aumento de los impuestos al tabaco, por encima del «75% del precio de venta», resulta una medida muy efectiva para controlar «la epidemia, especialmente entre los más jóvenes y los más pobres», ya que desestimula el consumo. La OMS cita el ejemplo de Brasil, país donde el consumo de tabaco en adultos «cayó un 46% entre 1989 y 2010».
No obstante los esfuerzos oficiales, 22% de la población mundial mayor de 15 años es fumadora. Para 2012, se calculó que «cerca de mil millones de personas en el mundo fumaban, frente a los 721 millones en 1980», indica la OMS.
Políticas regionales
En América Latina destacan las políticas de control del tabaquismo, que incluyen tanto medidas impositivas como la prohibición de fumar en lugares públicos
«Panamá y Uruguay son buenos ejemplos de control estricto al consumo de tabaco, mientras que Brasil, Chile, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela son buenos ejemplos de países con duras etiquetas de advertencia respecto a los males del tabaquismo. Y Brasil y Uruguay destacan por el tratamiento a la adicción al tabaco», concluye la OMS.