
Ucrania ha aceptado la propuesta de Estados Unidos de un alto el fuego de 30 días con Rusia, lo que representa un avance potencialmente significativo en los esfuerzos diplomáticos liderados por Estados Unidos para poner fin al mayor conflicto europeo desde la Segunda Guerra Mundial. El acuerdo sobre un posible alto el fuego se produjo tras ocho horas de negociaciones entre delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí.
En una declaración conjunta emitida tras las conversaciones en Yida, Ucrania expresó su disposición a aceptar la propuesta de Estados Unidos de promulgar un alto el fuego provisional inmediato de 30 días, sujeto a la aceptación e implementación simultánea por parte de la Federación Rusa. Estados Unidos comunicará ahora al Kremlin que la disposición de Rusia a aceptar la propuesta de alto el fuego es clave para lograr la paz. «Llevaremos esta oferta a los rusos. Esperamos que estos correspondan», comentó el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio .
Hubo más noticias positivas para Ucrania desde Arabia Saudita: la delegación estadounidense anunció el levantamiento inmediato de la congelación de la asistencia militar y el intercambio de inteligencia. Esta decisión de renovar el apoyo estadounidense refleja una distensión en las relaciones bilaterales tras semanas de creciente tensión, incluyendo una desastrosa reunión en la Oficina Oval a finales de febrero, en la que el presidente estadounidense Donald Trump y el vicepresidente J. D. Vance se enfrentaron públicamente con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
Trump respondió a su enfrentamiento en la Casa Blanca con Zelenski afirmando que el líder ucraniano » no estaba listo para la paz «. El cambio de tono de los funcionarios estadounidenses tras la reunión de hoy fue palpable. «La delegación ucraniana dejó hoy muy claro que comparte la visión de paz del presidente Trump, su determinación de poner fin a los combates, a las matanzas, a esta trágica máquina de picar carne», comentó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Waltz.
Con el claro respaldo de Ucrania a la iniciativa de paz estadounidense, el mundo estará atento a la reacción de Rusia. Trump ha declarado que podría hablar directamente con el presidente ruso, Vladímir Putin, a finales de esta semana. Si Putin decide no apoyar la iniciativa de un alto el fuego temporal, cambiará drásticamente la perspectiva de la guerra y posicionará a Rusia como el principal obstáculo para la paz.
Los acontecimientos de los próximos días revelarán mucho sobre la relación personal de Trump con Putin. El líder estadounidense lleva mucho tiempo afirmando tener una buena relación con el dictador ruso y ha destacado los avances logrados durante las negociaciones iniciales con el Kremlin sobre un posible acuerdo de paz para poner fin a la guerra en Ucrania. Si sus esfuerzos son ahora rechazados, Trump se enfrentará a una creciente presión para adoptar una postura mucho más dura hacia Moscú.
Esto coloca a Putin en una especie de dilema. A pesar de sufrir grandes pérdidas en el campo de batalla, sus ejércitos continúan avanzando lenta pero firmemente en Ucrania. Mientras tanto, los drásticos cambios recientes en la política exterior estadounidense han aumentado su confianza en que la coalición internacional que apoya el esfuerzo bélico en Ucrania finalmente se está fracturando. Por lo tanto, Putin se mostrará comprensiblemente reacio a aceptar los llamamientos estadounidenses a un alto el fuego inmediato. Al mismo tiempo, sabe que si rechaza las propuestas de paz de Trump, probablemente descarrilará el amplio restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia que la nueva administración estadounidense ha estado señalando desde enero.
Estados Unidos ha estado presionando por un alto el fuego como primer paso hacia negociaciones integrales entre Ucrania y Rusia para alcanzar un acuerdo de paz. Si bien un acuerdo de paz aún está lejos, este primer paso de Ucrania podría generar el impulso necesario. Si Rusia decide no corresponder, aumentarán los llamados para que Estados Unidos y Europa fortalezcan militarmente la posición de Ucrania, al tiempo que aumentan la presión de las sanciones sobre Rusia.