La atención temprana, dirigida a la población infantil de 0-6 años, tiene por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.
Así lo explicó la doctora Cristina López en la conferencia titulada “Trastornos del Neurodesarrollo”, como parte de las actividades científicas del Club de la Epilepsia.
La especialista señaló, además, que en esos chequeos se debe considerar la globalidad del niño y ser planificadas por profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.
Detalló que el equipo interdisciplinar se compone de diversos profesionales de distintas disciplinas, en el que existe un espacio formal para compartir la información.
«Los equipos de atención temprana (AT) se basan casi siempre en un modelo de intervención autónomo, puesto que en su mayoría no están vinculados a centros hospitalarios o universitarios», dijo.
Los pacientes pueden ser evaluados por pediatras, psicólogos, educadores o neurólogos, debido a que a partir de los resultados, estos sabrán si hay un déficit en el desarrollo cognitivo, social o motor.
Independientemente de su eficacia, la atención temprana responde a una demanda básica derivada de la identificación de un trastorno del neurodesarrollo.
