Las previsiones económicas para América Latina de los principales organismos internacionales prevén una contracción de su producto interior bruto (PIB) de entre el 0,4 % (FMI) y el 0,8 % (Cepal), y el Banco Mundial (BM) considera que la región debe mirar hacia el exterior para revertir la situación.
«América Latina necesita recuperar el crecimiento mirando hacia afuera. Los experimentos que hemos tenido de tratar de propulsar el crecimiento con un proceso de desarrollo hacia los mercados internos no han sido exitosos», dijo hoy en Montevideo el economista jefe del BM para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre.
El ecuatoriano participó este miércoles en la capital uruguaya en un desayuno con autoridades y expertos del país, entre ellos el presidente del Banco Central, Mario Bergara, en el que se abordó el fin del ciclo de los precios altos de las materias primas que impulsó la economía regional en la última década.
Según explicó De la Torre a la prensa tras su intervención, el fin de ciclo se ha convertido «en una especie de ‘vía crucis'» para América Latina.
«Llevamos cinco años de desaceleración. En algunos países llevamos tres años en donde el empleo ya no crece y la región está ajustándose de una manera muy gradual, lo cual es bueno porque antes nos ajustábamos en base a grandes crisis», dijo De la Torre, quien matizó que no todos los países están en la misma situación.
Un informe del Banco Mundial presentado en abril apunta que en América Latina y el Caribe se ha producido una bifurcación de las perspectivas de crecimiento económico.
Se espera que México, Centroamérica y el Caribe crezcan este año a un ritmo «razonable» de alrededor de 2,5 %, mientras que se prevé una contracción económica en Suramérica de más de 2 %, según el informe del BM y en la misma línea de las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Hay una realidad que es innegable: El poder adquisitivo de nuestros ingresos se cayó en toda América del Sur como consecuencia de la caída del precio de los ‘commodities’ (materias primas)», aseveró De la Torre.
Asimismo, señaló que el impacto de la caída de los precios de las materias primas también está empezando a notarse en los mercados laborales, algo que ejemplificó en el caso de Brasil.
Preguntado acerca de si Venezuela es el país que más preocupa en la región, el economista ecuatoriano contestó que sí debido a que su situación económica está «tan deteriorada» que se empieza a vislumbrar «una crisis humanitaria» en la que el Estado caribeño va a necesitar asistencia de la comunidad internacional para «reconstituir el funcionamiento básico de su economía».
Consultado sobre el impacto que puede tener en la integración regional la citada bifurcación de las perspectivas económicas en América Latina, De la Torre señaló que se necesita una agenda de integración regional orientada a la integración global, sobre todo, en un escenario internacional de incertidumbre.
En ese sentido, apuntó que el Mercosur, bloque regional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, está pasando «una crisis de identidad».
«En cierto modo es bienvenida (esa crisis) porque el Mercosur se había quedado como un modelo de integración que de alguna manera privilegiaba la integración interna pero en base a barreras con el resto del mundo», aseguró el economista del BM.
«Ese tipo de integración se agota pronto y genera a veces muchas ineficiencias. Ahora se han dado condiciones, incluso políticas, para que el Mercosur tenga una visión más abierta y parecida a la de la Alianza del Pacífico. La coyuntura actual de América Latina está muy a favor de una modernización del Mercosur», afirmó De la Torre. EFE