El 80 por ciento de las aguas subterráneas de Santo Domingo están contaminadas por materia fecal, según un estudio presentado en el Congreso Internacional de Hidrogeología organizado por la Sociedad Dominicana de Geología (Sodogeo).
Esa información la ofreció Eduardo Verdeja, presidente de esa entidad, al detallar los resultados de las ponencias desarrolladas en ese evento.
El geólogo precisó que el tema del agua fue uno de los puntos principales del congreso efectuado a principios del presente mes.
“Ahí se descubrió que el nivel de contaminación de las aguas de Santo Domingo es muy preocupante”, advirtió el profesional.
Resultados del estudio
Citó que la investigación, realizada por la ingeniera Aude Archambault, revela que el 70% de las aguas residuales de la capital son vertidas al acuífero sin ningún tratamiento.
Argumenta que no existe ninguna organización especial entre los pozos de agua y los puntos de descarga de las residuales.
Por lo tanto se confirma una contaminación casi generalizada de ese líquido a nivel subterráneo.
Apunta que el impacto es más importante en la franja costera, donde el nivel de agua bajo suelo es poco profundo.
Botellones contaminados
Añade que los pozos de producción de agua potable (botellón), así como los de hospitales, clínicas y escuelas no tienen ningún perímetro de protección y presentan el mismo esquema de contaminación que los domésticos.
“Esto advierte un alto riesgo sobre la salud de la población en contacto con esa aguas”, refiere la investigación denominada “Vulnerabilidad y estado de contaminación de la planicie costera oriental de República Dominicana, el caso de Santo Domingo”.
Modelo de vulnerabilidad
El estudio geológico e hidrológico que analiza la contaminación fecal y la industrial, precisa que la capital ha tenido un crecimiento vertiginoso, al pasar de una población de 650,000 en 1969 a 3.2 millones en 2010, y una proyección de 4.9 millones en el año 2040.
Sin embargo, la planificación urbana, y en particular los servicios de agua y saneamiento, no han podido enfrentar ese crecimiento.
Agrega que en los últimos 20 años se han perforado unos 110 pozos sectoriales de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados, y miles de pozos privados para uso doméstico e industrial.
“El problema es que estamos haciendo un pozo, sacamos el agua de abajo pero vertemos los residuos sólidos arriba”, comparó Eduardo Verdejas.
Al citar los resultados del estudio, el especialista indicó que la cobertura de alcantarillado de la ciudad es muy deficiente y apenas un 2% de las aguas residuales son tratadas.
“Nosotros no tenemos tratamiento de aguas potables y tenemos vertederos por donde quiera. Hay talleres vertiendo sus residuos al subsuelo y todas las cañadas se están cayendo a los ríos”, criticó.
El geólogo alertó que el país debe saber cómo explotar sus acuíferos y dónde, para evitar intrusión salina.