El dirigible Airlander 10, la aeronave más grande del mundo, se estrelló en el aeródromo de Befordshire (centro de Inglaterra) en su segundo vuelo de prueba, sin que se hayan registrado heridos.
El avión, de 92 metros de largo, 43,5 de envergadura y 26 de altura, sufrió daños en la cabina tras perder la estabilidad y golpear un poste telefónico durante el aterrizaje, según informa la cadena BBC.
La compañía Hybrid Air Vehicles, empresa fabricante del Airlander 10, ha confirmado que la tripulación y el personal de tierra están «a salvo y bien», y ha señalado que investigará el incidente.
«El Airlander 10 realizó su segundo vuelo de prueba y voló durante 100 minutos, completando todas las tareas que se habían preestablecido. El avión sufrió un aterrizaje forzoso y la parte delantera sufrió algunos daños que se están evaluando», explicó la empresa a través de un comunicado.
«Los dos pilotos y la tripulación se encuentran a salvo y en buen estado. En los próximos días llevaremos a cabo una investigación para conocer las causas del accidente, al tiempo que seguiremos desarrollando el Airlander 10», reza la nota.
El aparato, que pesa 20.000 kilos y ha tenido un coste de 25 millones de libras (29,3 millones de euros/32,9 millones de dólares), realizó con éxito su primer vuelo de prueba la pasada semana.
Una vez se realicen las pruebas pertinentes, la compañía Hybrid Air Vehicles espera que el Airlander 10, con 38.000 metros cúbicos de helio en su interior, pueda permanecer en el aire durante dos semanas y se emplee para transporte, ocio, vigilancia o comunicaciones.
El aparato, que puede despegar y aterrizar de forma vertical y alcanza una velocidad máxima de 148 kilómetros por hora, fue originalmente diseñado por el servicio de vigilancia del ejército de Estados Unidos.