Si hasta el momento Trump parecía un tractor imparable en los sondeos, con sus declaraciones virulentas y faltas de tacto, el polémico millonario llega a este debate en segundo lugar en una encuesta nacional, por detrás de Carson.
El neurocirujano, el único negro en la carrera presidencial, aparece ya al frente de las preferencias, haciendo gala de una voz suave y declaraciones plagadas de citas bíblicas.
La caída de Trump a un segundo lugar es, hasta ahora, la más clara señal de ladesaceleración de su candidatura, en un cuadro que permite prever más declaraciones explosivas durante el debate para poder reafirmar su posición.
El martes por la tarde, durante un acto partidario en Sioux City, en el estado de Iowa, Trump llegó al extremo de prácticamente rogar por votos.
«IOWA, ¿VAN A HACER VALER SUS NÚMEROS? LES PROMETO QUE HARÉ UN TRABAJO BUENÍSIMO»
«Iowa, ¿van a hacer valer sus números? Les prometo que haré un trabajo buenísimo», dijo Trump, lejos del candidato que acostumbró a sus seguidores a no pedir nada, ni siquiera dinero para la campaña.
Todos contra Carson
En este cuadro, Trump podrá entrar al debate como quien ingresa a un ring para frenar el crecimiento de Carson.
En un adelanto de lo que podrá ser su actitud, Trump dijo que Carson creció en los sondeos porque él estaba muy ocupado durmiendo.
Carson, sin embargo, se adelantó a los hechos y dijo a periodistas: «No me van arrastrar al lodo», sugiriendo que no se dejará provocar por la aparatosa verborragia de Trump.
La otra gran incógnita del debate será la suerte de Jeb Bush, ex gobernador de Florida e hijo y hermano de ex presidentes, cuya candidatura parece no haber salido del punto muerto a pesar de contar con enormes aportes financieros.
Bush languidece entre un quinto y sexto lugar en los sondeos y ni siquiera ha podido capitalizar la decisión de presentarse como el único de los aspirantes presidenciales en enfrentarse abiertamente a Trump en el último debate republicano.
La primera indicación de las tensiones internas en el comité de campaña de Bush se conocieron el lunes, cuando toda la familia se reunió a puertas cerradas para discutir la situación en medio de medidas generales de contención de gastos de su equipo.
Rubio, corriendo por el costado
Por otro costado de la pista avanza el joven senador Marco Rubio, quien aparece en tercer lugar en los sondeos –aún lejos de alcanzar a Trump o Carson–, pero quien se presenta como la única alternativa viable por su experiencia legislativa.
Hijo de inmigrantes cubanos y fluido en el idioma español, Rubio tiene buen diálogo con la influyente comunidad hispana y hasta el momento su juventud (44 años) no ha sido vista como señal de falta de experiencia sino de pertenencia a una nueva generación de políticos.
En los sondeos, Rubio parece haber dejado atrás a Bush y a la empresaria Carly Fiorina, vedette del primer debate en agosto.
Además de Trump, Carson, Rubio, Bush y Fiorina, el debate contará con la presencia de los senadores Ted Cruz y Rand Paul, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee; el gobernador de Ohio, John Kasic,h y el gobernador de New Jersey, Chris Christie.
El segundo debate entre los aspirantes republicanos fue un espectáculo de agresiones, bromas de gusto dudoso y acusaciones internas, en abierto contraste con la civilidad que marcó el único debate hasta ahora entre los precandidatos demócratas.
Por su parte, tres candidatos aspiran la nominación del Partido Demócrata, pero la ex secretaria de Estado Hillary Clinton recuperó en los últimos días su posición de liderazgo y es la clara favorita a ganar las primarias.