El FMI urge a los miembros del G20 a cumplir con las reformas prometidas

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Vista del centro de convenciones en el que se celebrará la cumbre del G20, en la ciudad china de Hangzhou.

A pocos días del comienzo de la cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou, el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanza una clara advertencia a las mayores potencias desarrolladas y emergentes del planeta: hay que cumplir con lo prometido. El organismo asegura que la puesta en marcha de reformas estructurales que permitan apuntalar el crecimiento mundial ha sido «modesta» en los últimos años, por lo que cree «fuera del alcance» del grupo llegar al objetivo establecido en Brisbane hace dos años, es decir, lograr un 2% adicional de aumento del PIB mundial hasta 2018.

En un informe publicado este jueves, el FMI critica la poca celeridad de los miembros a la hora de implementar los compromisos que se acordaron en cumbres anteriores, específicamente la de Brisbane (Australia) en 2014 o la de Antalya (Turquía) del año pasado. «La falta de reformas estructurales y de inversión pública, en particular entre los países del G20, es una razón clave detrás del bajo crecimiento», reza el documento.

La falta de acción política en este ámbito, dicen, también ha contribuido a la desaceleración del comercio internacional. «En el ámbito comercial, donde la cooperación es un elemento crítico para su desarrollo, se han logrado muy pocos avances en los últimos años», critican los expertos del organismo.

Según la evaluación de la institución financiera, en la actualidad solamente el 55% de las promesas firmadas en Brisbane y el 45% de las acordadas en Antalya se han cumplido. De ahí su pesimismo en que el grupo pueda alcanzar el deseado 2% de crecimiento extra en los dos años escasos que quedan hasta 2018. «Incluso en el caso extremo de que todos los compromisos pendientes se aplicaran ahora, el impacto duradero sobre el PIB del G20 sería solamente de alrededor de un punto y medio», subraya el texto.

Tampoco despierta mucho entusiasmo entre los economistas del Fondo las nuevas medidas propuestas para la cumbre de Hangzhou, que se llevará a cabo los próximos 4 y 5 de septiembre, porque tendrían un impacto mínimo en 2018. Esto, claro, si fueran aprobadas de forma inmediata por todos los integrantes, cosa que no ha sucedido en anteriores convocatorias. «Es urgente que haya un mayor progreso. Como mínimo los países deben esforzarse para lograr una rápida aplicación de todas las medidas anunciadas, pero en muchos casos serán necesarios esfuerzos adicionales», dice el documento.

Para avanzar en este cometido, los expertos del FMI siguen apostando por complementar las reformas con una política monetaria expansiva en aquellos países o regiones donde la inflación esté por debajo de los objetivos. También recomiendan una fiscalidad que favorezca el crecimiento, en un momento en que la efectividad de barra libre de liquidez parece haber alcanzado sus límites. En las reuniones previas de los ministros de Finanzas, el club se ha comprometido a utilizar «todas las herramientas posibles» para relanzar la economía mundial, pero sin una estrategia común.

Aunque los mercados financieros se han recuperado de la sacudida que provocó inicialmente el brexit, para el FMI las perspectivas a largo plazo de la economía del planeta «siguen siendo decepcionantes». A ello se le suma un fuerte aumento de la desigualdad de ingresos en casi todos los países miembros, lo que «alimenta un clima político que rechaza la reforma y favorece las políticas proteccionistas».

LAGARDE ALERTA SOBRE LA DESIGUALDAD

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, alerta de que la combinación de un bajo crecimiento y un aumento de la desigualdad “está generando un clima político en el cual las reformas se estancan y los países recurren a políticas proteccionistas”.

Según explica la propia Lagarde en una nota publicada en el FMI, “en una amplia muestra representativa de economías avanzadas el ingreso del 10% superior aumentó alrededor del 40% en los últimos 20 años, mientras que creció de manera muy moderada en los grupos de ingresos más bajos”. Aunque la desigualdad también ha aumentado en los países emergentes, la directora gerente del Fondo explica que en este caso el impacto sobre los pobres se neutraliza por un crecimiento general más sólido.

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