El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha prometido este lunes acabar con los milicianos islamistas de Abu Sayyaf, la rama de Al Qaeda, que el pasado 2 de septiembre perpetraron un atentado en Davao, ciudad natal del mandatario, cobrándose la vida de 14 personas y dejando más de 60 heridos.
«Ellos van a pagar. Cuando llegue la hora, me los comeré delante de la gente», ha afirmado Duterte ante una audiencia durante la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) que se celebra en Laos, informa ‘ABC News’.
El presidente no se muerde la lengua a la hora de afirmar lo que piensa hacer con los terroristas, sobre los que también recae la responsabilidad por la muerte de 15 soldados locales en agosto. «Realmente voy a abrir vuestros cuerpos. Dadme vinagre y sal y os comeré vivos. No estoy bromeando», dijo Rodrigo Duterte.
El presidente de Filipinas es conocido por su mano dura a la hora de combatir el crimen organizado durante las dos décadas que ocupó la alcaldía de Davao. Duterte se ha comprometido a erradicar por completo el tráfico de drogas en el país, medida que ha encontrado gran apoyo entre los filipinos.
Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos han condenado sus métodos, con 1.011 presuntos delincuentes muertos desde junio y otros 1.391 muertes bajo investigación, según las últimas cifras reveladas por la policía filipina.