Además de la neumonía que le fue diagnosticada la semana pasada a Hillary Clinton, en la que tiene el foco la campaña electoral por estos días, también hay otros puntos (conocidos y desconocidos) en la historia médica de la candidata demócrata que llaman la atención.
Como ya lo han explicado los expertos, la neumonía es una enfermedad infecciosa curable y sus consecuencias no suelen ser severas si se cuenta con los cuidados adecuados.
Sin embargo, la trombosis venosa profunda que le ha aquejado en al menos tres ocasiones a la ex secretaria de Estado sí podría ser una condición más delicada.
Pero el historial clínico de Hillary Clinton aún no se ha divulgado en su totalidad, lo que ha llevado a múltiples especulaciones en los últimos meses sobre su estado de salud. Sus registros del tema no son públicos y aún se espera que la campaña demócrata presente el reporte completo de salud de la candidata.
En el último certificado médico conocido, emitido en julio de 2015 por su doctora de cabecera, Lisa Bardack, se lee: «Su pasada historia médica es notoria por una trombosis venosa profunda en 1998 y en 2009, una fractura de codo en 2009 y una contusión en 2012».
La contusión cerebral
Allí hacen referencia al episodio en el que cuando era secretaria de Estado, Clinton tuvo que ser internada en 2012 porque le descubrieron un coágulo de sangre entre el cráneo y el cerebro, días después de que sufrió un desmayo por un virus estomacal y se golpeó la cabeza, lo que le provocó una contusión cerebral.
«Le encontraron que tuvo una trombosis venosa del seno transverso, una vena que está en la parte externa del cerebro en la dura madre», recuerda sobre esta ocasión el doctor Elmer Huerta, especialista en medicina interna y salud pública del MedStar Washington Hospital Center.
El doctor Huerta explicó para Univision Noticias que la trombosis venosa es una condición médica de la cual no se conoce la causa exacta de haber tenido más de un episodio, y que pueden existir condiciones genéticas y trastornos de la coagulación que hacen que una persona sea más susceptible a tenerlos.
La circulación de la sangre en el cuerpo humano se hace a través de dos tipos de vasos sanguíneos: las arterias y las venas. La circulación arterial es de alta velocidad y presión, mientras que en el sistema venoso es lenta y a baja presión.
«Significa que en la circulación venosa la sangre pierde su liquidez y forma coágulos, o lo que en medicina se conoce como trombos o émbolos. Este coágulo que se forma puede quedarse pegado de una vena o desprenderse y viajar a lugares como los pulmones y formar una trombosis pulmonar», señala el especialista.
En esa ocasión Clinton fue ingresada al Hospital Presbiteriano de Nueva York, pero sus médicos aseguraron que no sufrió ningún daño neurológico que le impidiera una recuperación del 100 por ciento. El reporte médico señala que le fueron suministrados anticoagulantes para diluir el coágulo cerebral.
Los anticoagulantes que toma
Pero esa no era la primera vez que le detectaban un coágulo, pues en 1998 cuando era primera dama fue ingresada de urgencia en el Hospital Naval de Bethesda después de que sus médicos le detectarán uno detrás de la rodilla izquierda.
En ese entonces los médicos le ordenaron que tomara anticoagulantes y ella misma dijo luego que se trataba de «la alerta sanitaria más significativa» que había atravesado durante su vida. Por años estuvo medicada con un adelgazante de sangre llamado Lovenox, sobre todo para prevenir la formación de coágulos ocasionados por viajes largos en avión.
Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) advierten que la trombosis venosa puede ser un riesgo muy serio para los pasajeros que viajan largas distancia, lo que cual ha caracterizado a Clinton por sus funciones como primera dama, secretaria de Estado y ahora como candidata presidencial.
«Los coágulos de sangre se forman en las venas más profundas de las piernas durante los viajes porque se está sentado quieto en un espacio confinado por largos periodos de tiempo. Muchas veces los coágulos se disuelven solos, pero podrían causar un problema serio de salud que puede ser fatal», indican los CDC.
Tras el tercer episodio, los médicos le recetaron a Clinton tomar a diario la cumadina, un medicamento usado por millones de personas y con «buen perfil de seguridad». «La única parte complicada de su uso es que el paciente tiene que recibir la dosis correcta, porque si uno da mucha medicina puede desangrarse y si uno da muy poca, puede formar coágulos», asegura el doctor Huerta.
Sin embargo, el experto dice que si la candidata demócrata toma esta medicina tal como su médico se lo ordena y se le hacen los exámenes de sangre correspondientes para ver cómo está su coagulación no representaría ningún problema.
«Ella tuvo exámenes de seguimiento en 2013, que revelaron la solución de los efectos de la contusión, así como la total disolución de la trombosis. La señora Clinton también dio negativo a todos los desórdenes de coagulación. Como precaución, sin embargo, se decidió que continúe con los anticoagulantes», indica el certificado médico del año pasado.
Su historial médico
En una entrevista este lunes con CNN, la candidata demócrata fue interrogada acerca de esta condición médica. «Creo que solo ha ocurrido dos veces, que pueda recordar. Es algo que me ha sucedido algunas veces en el transcurso de mi vida», reconoció.
De acuerdo con el especialista consultado, aunque es controlable, el hecho de que haya presentado en el pasado este tipo de padecimiento es una advertencia como tal. «Una persona que haya formado tres veces una trombosis, puede formar una cuarta, pero es imposible predecirlo. Aunque las medicinas funcionen, la posibilidad que regrese siempre está presente».
Su historia médica familiar no es muy alentadora. Su padre murió en sus 80 de un derrame cerebral y su mamá falleció en sus 90 por insuficiencia cardiaca. Cabe recordar que algunas de esas condiciones son hereditarias, pero como han explicado los médicos habría que tener detalles que se desconocen hasta ahora de la salud de Clinton para dar un diagnóstico preciso.
a campaña electoral no se detiene y mientras muchos reclaman un reporte completo de la salud de Hillary Clinton, los médicos se atreven a especular que sobre lo que se conoce de su historial médico se puede controlar perfectamente y no la limitaría para desempeñar funciones como presidenta.