La legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo ha dado lugar a un nuevo problema para una pareja de Pensilvania, quienes estrictamente hablando son padre e hijo.
Antes de que los estados en todo el país empezaran a anular las prohibiciones contra el matrimonio entre personas del mismo sexo y la Corte Suprema finalmente emitiera un fallo a nivel nacional, algunas parejas gay usaron las leyes de adopción como forma de obtener el reconocimiento legal como familia, y los beneficios relacionados como los derechos a la herencia y a las visitas hospitalarias.
Nino Esposito, un profesor jubilado, adoptó a Roland «Drew» Bosee, quien solía ser un escritor independiente y técnico en 2012, después de más de 40 años de ser pareja.
Ahora están tratando de deshacer la adopción para casarse y un juez de un tribunal estatal ha rechazado su solicitud, al afirmar que su capacidad para anular adopciones generalmente se limita a instancias de fraude.
«Nunca pensamos que veríamos el día en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo iba a ser legal en Pensilvania», le dijo Esposito, de 78 años, a CNN en una entrevista.
La adopción nos dio «el elemento más legítimo disponible» en aquella época, dijo Bosee, de 68 años.
El proceso de adopción por el que Bosee y Esposito pasaron no fue poco común. Aunque es difícil reunir números concretos, la ACLU de Pensilvania, un grupo que apoya a la pareja, dice que se enteró de que muchas parejas en estados de todo el país legalmente se aprovecharon de las leyes de adopción para proteger sus relaciones. Ahora, estas parejas buscan casarse, pero primero tienen que confrontar las leyes estatales de adopción que no ofrecen un camino fácil para la anulación.
En Pensilvania, Esposito y Bosee conocieron a otras parejas que anularon exitosamente sus adopciones para poder casarse.
Ellos hicieron planes rápidamente para hacer lo mismo después de que Pensilvania legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo en mayo de 2014.
«Nos dimos cuenta de que podíamos tener una unión completa, y eso es lo que queremos», dijo Esposito.
Sin embargo, el juez Lawrence J. O’Toole, del Tribunal de Causas Comunes del condado de Allegheny emitió un fallo en contra de la pareja. Él señaló que el propósito principal de la adopción era reducir el impuesto sobre la herencia de Pensilvania ante la muerte de uno de los hombres del 15% al 4%, «ya que los dos hombres ahora estarían en una relación padre-hijo en lugar de en una relación de terceros».
O’Toole dijo que él estaba «sensible a la situación», pero señaló que a pesar del hecho de que Esposito y Bosee desean casarse, «no pueden hacerlo porque legalmente son padre e hijo».
«Este tribunal recibe indicaciones de nuestros tribunales de apelación en el manejo de casos paralelos», escribió O’Toole.
«No creemos que el juez de Pensilvania que se negó a anular esta adopción fuera poco comprensivo», dijo Witold Walczak, el director legal de la ACLU en Pensilvania, «él simplemente consideró que el camino legal para hacerlo debería ser forjado por un tribunal de apelación».
«La ACLU espera que el Tribunal Superior aplique los principios legales establecidos para permitir la anulación de las adopciones hechas por parejas del mismo sexo para que finalmente puedan participar de su derecho constitucional de casarse», dijo Walczak.
Aunque en la mayor parte del país no ha habido problemas para implementar la decisión de la Corte Suprema de EE.UU. en el caso de Obergefell vs. Hodges, ha habido algunos grupos de resistencia.
Algunos jueces testamentarios y otros funcionarios públicos en el sur, al mencionar las objeciones religiosas, dejaron de emitir licencias de matrimonio en general para evitar emitir licencias para las parejas gay.
El lunes, el senador demócrata por Pensilvania, Bob Casey, en una carta dirigida a la secretaria de Justicia Loretta Lynch, pidió que el Departamento de Justicia interviniera en el caso de Esposito y Bosee.
«Las parejas LGBT deberían tener el derecho de obtener una licencia de matrimonio, sin importar el estado o la jurisdicción en la que residen», escribió Casey. «En los casos de adopciones como este, la ley ha cambiado radicalmente desde que se empezaron a llevar a cabo las adopciones».
Los abogados Mikhail Pappas y Andrew Gross, quienes representan a Esposito y a Bosee, dicen que ellos recibirían ayuda del Departamento de Justicia para dejar en claro que sus clientes tienen un derecho civil en juego en el caso.
En documentos del tribunal, los abogados argumentaron lo siguiente: «Los beneficios sociales y personales del matrimonio son incalculables e incomparables relativos a cualquier otra asociación entre individuos que nuestra sociedad sanciona y reconoce de manera formal».
Dena Iverson, vocera del Departamento de Justicia, dijo que el departamento recibió la carta de Casey y está revisando su solicitud.
Esposito y Bosee dijo que están siendo cautelosos respecto a organizar una boda. Cuando presentaron su solicitud de anulación de la adopción, ellos esperaban poder casarse el mismo día.
«Teníamos nuestros 80 dólares en efectivo y estábamos listos para cruzarnos la calle y obtener nuestra licencia. El juez O’Toole tenía otras ideas», dijo Esposito.