La enfermedad que te hace creer que estás muerto

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Esmee Weijung Wang.

Durante un vuelo entre San Francisco y Londres, Esmé Weijun Wang perdió el conocimiento varias veces en un período de cuatro horas. Los médicos no pudieron hallar una explicación al episodio.

Un mes después, exactamente el 5 de noviembre de 2013, despertó a su esposo antes del amanecer para darle una noticia: ella, en realidad, estaba muerta. Había fallecido durante el extraño vuelo trasatlántico, y la sensación maravillosa y las lágrimas de felicidad que corrían por sus mejillas eran testimonio de ello.

«Estaba convencida de que yo había muerto en ese vuelo, y ahora estaba en la otra vida, y no me había dado cuenta hasta ese momento», relató Wang, ahora de 32 años, en declaraciones a The Washigton Post. “Pero yo no estaba molesta por eso, porque pensé que podía hacer más cosas [en mi vida] y hacerlas mejor».

La mujer, una escritora, creía que su esposo y su perra Daphne estaban muertos también.

De nada sirvió que su marido le dijera que todos estaban vivos. Pero con el transcurso de los días, la sensación de felicidad de aquella mañana se trocó en desesperación total. Perdió los deseos de todo y se sumergió en episodios de psicosis catatónica, una condición marcada por períodos en los que la persona no puede moverse, intercalados con otros de hiperactividad.

Wang sufría del Síndrome de Cotard, una extraña enfermedad que hace que los pacientes se crean muertos o inexistentes. Puede durar días o semanas, y raramente meses o años.

Jesús Ramírez Bermúdez, siquiatra del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México, es uno de los expertos en ese trastorno, y ha tratado a 14 pacientes usando terapia y medicamentos.»Los pacientes realmente experimentan todo tipo de sufrimiento», explicó. Uno de ellos era un hombre que decía que estaba muerto, pero también sufría delirios de que tenía un hermano gemelo vivo. El paciente incluso intentó suicidarse, una vez arrojándose de un auto en movimiento.

«Decía que se había lanzado fuera del auto porque pensó que estaba atrapado en una eternidad en la que las cosas no eran reales, y él no era real», comentó Ramírez Bermúdez. «También sintió que tal vez al morir [de nuevo] recuperaría su antiguo yo.»

El síndrome fue identificado por el neurólogo francés Jules Cotard por primera vez en la década de 1800, como un tipo de depresión que se caracteriza por la melancolía ansiosa y delirios sobre el propio cuerpo. En 1880, Cotard describió el caso de una mujer de 43 años de edad, que «afirma que no tiene cerebro, ni nervios, ni pecho, ni estómago, ni intestinos. . . sólo la piel y los huesos de un cuerpo en descomposición». Esa mujer padeció el trastorno durante años y se dejó morir de hambre. Es el único caso fatal conocido.

El síndrome de Cotard no está definido como un trastorno aparte en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Siquiatría, de acuerdo con The Washington Post.

No se sabe a ciencia cierta qué lo provoca. Una teoría sugiere que se produce a causa de daño cerebral, que altera el funcionamiento normal del paciente, por ejemplo, el daño cerebral que impide el procesamiento normal de las emociones al ver caras conocidas.

Max Coltheart, profesor emérito de ciencia cognitiva de la Universidad Macquarie en Australia, dice que los pacientes con síndrome de Cotard dejan de reaccionar emocionalmente a cualquier cosa, no sólo a las caras conocidas. Ruidos e imágenes fuertes o toques bruscos que normalmente provocan una respuesta en personas normales no tienen ningún efecto en ellos. Eso explica que los pacientes pueden asumir que están muertos o ya no existen.

En el caso de Wang, en el mismo 2013 había sido diagnosticada con una forma de trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar, pero ella cree que en realidad tanto eso como el síndrome de Cotard se deben a que padeció durante años la enfermedad de Lyme sin que le fuera diagnosticada. En 2014 se sometió a pruebas que confirmaron que la padecía.

«[Mi enfermedad de Lyme] estaba en su apogeo en el momento del delirio, y creo que los dos están probablemente relacionados», dijo.

La enfermedad de Lyme puede tener consecuencias neurológicas graves, incluyendo la inflamación del cerebro y la médula espinal, y se ha asociado con la demencia, la esquizofrenia y la depresión.

No se conocen hasta ahora de casos de síndrome de Cotard vinculados con la enfermedad de Lyme, pero Ramírez Bermúdez tuvo un paciente cuyo delirio pareció haber sido causado por la inflamación del cerebro debido a una infección viral. El paciente se recuperó completamente y luego detalló todos sus síntomas al siquiatra mexicano.

En cuanto a Wang, su síndrome de Cotard desapareció menos de dos meses después de la mañana en la que le comunicó a su esposo que estaba muerta.

«[El espejismo] se fue completamente sin estridencias. No había ningún rayo de luz del cielo (…)  alguien señaló que yo estaba actuando diferente «, recordó Wang. «Me di cuenta de que estaba viva.»

yahoo

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