Scott Pruitt, un negacionista del cambio climático, dirigirá la agencia de Estados Unidos encargada de limitar las emisiones que provocan el calentamiento global. En un peligroso ejercicio de coherencia, el magnate republicano que durante su campaña definió al calentamiento como una invención de los chinos, lo confirmó hoy como el jefe de la Agencia de Protección Ambiental de su gobierno, que comenzará el 20 de enero.
El republicano de 48 años Pruitt era hasta ahora fiscal general de Oklahoma gracias, entre otros factores, a los fondos aportados en sus campañas por los hermanos Charles y David Koch, del gigante químico petrolero Koch Industries; Harold Hamm, de la también petrolera Continental Resources; y Larry Nichols, de Devon Energy.
En los últimos años Pruitt ha sido uno de los impulsores de la batalla legal contra las políticas impuestas por Barack Obama (a través de esa misma Agencia de Protección Ambiental) para reducir la contaminación por hidrocarburos. El objetivo del Clean Power Plan de Obama, cortar la producción de las plantas de carbón, está ahora en standby gracias a los litigios iniciados, entre otros, por Pruitt.
“Ese debate está lejos de haber terminado”, dijo en mayo acerca del cambio climático. “Los científicos aún están en desacuerdo acerca del grado y alcance del calentamiento global y su conexión con las actividades de los seres humanos”.
Hace dos años fue el centro de una investigación de The New York Times. Desde la Fiscalía General de Oklahoma, Pruitt había acusado en 2011 a la Agencia de Protección Ambiental de exagerar la relación entre la contaminación del ambiente y la explotación de los yacimientos gasíferos. El diario, que ganó un premio Pulitzer por la investigación, descubrió que la carta había sido redactada por Devon Energy, donante en las campañas de Pruitt y una de las principales empresas de gas de Oklahoma. La oficina de Pruitt se había limitado a cambiar algunas palabras del original antes de imprimirla en el papel de la Fiscalía.
Según el diario The Guardian, Pruitt también se puso del lado de Exxon Mobil en una investigación iniciada por los fiscales generales de Massachusetts y de Nueva York en la que acusan a la petrolera de ocultar datos en su poder que demostraban el cambio climático.
“Estamos a la espera de las audiencias de confirmación”, dijo Kellyanne Conway, ex jefa de campaña y actual asesora del magnate, en referencia a la necesaria aprobación del poder legislativo. Aunque los ambientalistas ya comenzaron a pedir al Senado que rechacen a Pruitt, lo más probable es que el nombramiento siga su curso: la cámara está controlada por la mayoría republicana.
Si bien no podrán desmantelar desde el primer día las leyes para combatir el cambio climático dejadas por Obama, Trump y Pruitt tendrán la ayuda del Congreso, mayoritariamente republicano, para recortar el presupuesto de los departamentos de la Agencia de Protección Ambiental destinados a combatir el calentamiento o para no defenderse ante futuras demandas de lobbistas interesados en revocar las medidas contra los hidrocarburos.
Ayer, el equipo de Trump permitió que se filtrara el nombre de Andrew F. Puzder como posible ministro de Trabajo. Su nombramiento tendría en común con el de Pruitt que los dos están decididos a revertir las políticas de Obama. Desde su cargo como CEO de dos cadenas de comida chatarra (Hardee’s y Carl’s), Puzder se ha convertido en una de las voces críticas contra los aumentos en el salario mínimo y contra la protección sanitaria de los trabajadores, a través del Affordable Care Act, el plan de salud del presidente demócrata.
“La idea del calentamiento global fue creada por los chinos y para los chinos, con el objetivo de volver anticompetitiva a la industria estadounidense”, tuiteaba Trump en sus días de campaña, cuando llamaba “fraude” al cambio climático. Ya elegido presidente, en la entrevista con el diario The New York Times del 22 de noviembre parecía haber suavizado su postura, cuando dijo que mantenía la “mente abierta” sobre el Acuerdo de París contra el cambio climático, firmado por EE.UU.
Pero el nombramiento de Pruitt hace pensar en que el Trump de campaña era más auténtico que el entrevistado por The New York Times. No ha sido tan coherente con todo. De los hermanos Koch se reía cuando se peleaba con sus rivales republicanos en las primarias. Frente a las masas que lo vitoreaban en los mitins, prometía limpiar a Washington del gigantesco poder de los lobbistas para torcer las leyes en su favor. “Drenen el pantano”, decía.