El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) informó su respaldo a la Directora Gerente Christine Lagarde y decidió mantenerla en el cargo a pesar de haber sido hallada culpable de negligencia en Francia durante su gestión como Ministra de economía entre 2007 y 2009.
En un comunicado precisaron que en esta deliberación, tomaron en cuenta su “liderazgo en el Fondo, así como el amplio respeto y confianza a nivel mundial”.
Desde Washington, acotaron que “El Directorio Ejecutivo reafirma su plena confianza en la capacidad de la Directora Gerente para seguir desempeñando eficazmente sus funciones”.
Bajo su liderazgo en 2012, el FMI abrió acceso financiero a los fondos de rescate europeo a países como España, Portugal e Irlanda, lo que ha sido un factor de critica a su gestión porque estos apoyos financieros no fueron sujetos a condicionalidad alguna.
Entre los momentos destacados durante la gestión de la directiva, destacan el histórico rescate a Grecia, en el año 2010; la participación del FMI en la Troika, que fue el grupo de revisión y auditoría integrado con Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea para evaluar avances del gobierno griego en la condicionalidad para rescatarle.
La actual Directora Gerente del FMI es la primera funcionaria en el cargo del organismo que en funciones enfrentó un proceso judicial durante dos años, y fue declarada culpable.
Pese a todo, la respaldaron..
En espera de lo que resolverá, probablemente hoy mismo el Directorio Ejecutivo del FMI, acerca de Lagarde al frente del organismo, no dejan de rondarme en la cabeza dos momentos:
Cuando en 2011, tras una votación sin precedentes entre los miembros del Fondo, estuvieron en la terna para dirigir al FMI ante la «renuncia» de Strauss Kahn, la francesa Lagarde y el mexicano Agustin Carstens. Era la primera vez que las mayores economías del planeta enfrentaban oposición para dirigir al organismo, de los emergentes, siendo un mexicano, el que estaba al frente.
Una decisión en la que fue más relevante la tradición no escrita en la que pesa más el origen del candidato, que su experiencia, que dicta que el FMI debe ser dirigido por un europeo, mientras el Banco Mundial es administrado por un estadounidense.
Y el segundo momento que se me vino a la cabeza, así por así, a mediados de enero de este año, cuando en los pasillos del Foro de Davos, comenzábamos a buscar al Gobernador de Banxico Agustín Carstens para preguntarle si presentaría una segunda candidatura para dirigir al FMI, ante el término del primer ciclo de Lagarde en el organismo.
Reporteros franceses, españoles, brasileños y nosotros, mexicanos compartíamos chismes e hipótesis ante la posibilidad de que presentase de nuevo la candidatura.
Rumores que fueron atajados por la propia Christine Lagarde ahí mismo, en un pasillo del Centro de Convenciones de Davos, donde aseveró tajante que el Gobernador Carstens ya le había comentado que no presentaría su intención de dirigir al organismo.
Declaración que le permitía a ella llegar como candidata única y que le sirvió para ser ratificada por un lustro más. Cinco años que comenzaron a correr a partir de agosto de este año.
Estamos a unas horas de conocer la decisión del FMI sobre su situación al frente del organismo. En mayo del 2011, Strauss Kahn renunció al Fondo para no comprometer su institucionalidad al enfrentar el funcionario un proceso legal.
En esta ocasión, el FMI acompañó a Lagarde en el proceso que duró más de cuatro años. Pero me parece que a nadie se nos olvida que es la segunda directiva de origen francés que enfrenta un proceso legal. Y esta historia tiene una carga reputacional.
