Cuando un paciente va a un hospital, lo hace con la esperanza de que lo atienda un doctor con conocimiento y experiencia. ¿Pero hay algo más que deba desear? Sí, una doctora. ¿La razón? Las mujeres son en promedio mejores que sus contrapartes masculinos tratando a pacientes en hospitales y manteniéndolos sanos a largo plazo, según lo revela un estudio publicado esta semana en JAMA Internal Medicine.
La investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Harvard, analizó una muestra aleatoria (tomada al azar) de pacientes del Medicare hospitalizados entre enero de 2011 y diciembre de 2014, que fueron tratados por médicos internistas. En total, el equipo examinó más de 1,5 millones de hospitalizaciones, tomando en cuenta las diferencias de los centros médicos y los casos de los pacientes.
La conclusión: aquellos pacientes que se vieron con una doctora tuvieron menos probabilidades de morir durante los 30 días después de salir del hospital. También tuvieron menos chances de ser readmitidos dentro del lapso de un mes desde su alta inicial.
“Es probable que las mujeres practiquen más la medicina basada en la evidencia y que sigan mejor las directrices clínicas”, destacó Ashish Jha, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los coautores del estudio. “También es probable que se comuniquen de manera más efectiva, según reportan los pacientes”.
Y esa tendencia, al parecer, tiene como resultado pacientes más sanos.
Los pacientes a menudo consideran el género cuando eligen a un médico, pero este es el primer estudio en sugerir que las mujeres pueden ser más eficaces para los pacientes de ambos géneros.
Los hallazgos se conocen mientras los hospitales están cada vez más presionados por encontrar formas de mantener a los pacientes más sanos, por más tiempo. La ley de salud de 2010 reestructuró cómo se les paga a los médicos: son recompensados por la salud de los pacientes a largo plazo y penalizados cuando éstos son readmitidos. Y aunque el gobierno de Donald Trump ha jurado derogar la ley, los analistas dicen que se espera que muchas de esas reformas de los pagos, que gozan de apoyo bipartidista, se mantengan.
Más datos y pruebas concretas
Con estos incentivos en juego, es posible que los hospitales ahora valoren más a las mujeres doctoras que, según la investigación, tienen menos posibilidad de ser ascendidas y ganan consistentemente menos que sus colegas hombres.
Yusuke Tsugawa, médico e investigador asociado de la Escuela de Salud Pública de Harvard, y autor principal del estudio, señaló que «en esta época es importante comprender las características que de alguna manera están asociadas con una mayor calidad de la atención y un menor costo». Los hospitales «podrían mirar a sus doctoras de manera ligeramente diferente, como un profesional más valioso del equipo».
Dicho de otra manera: pagar a las mujeres doctoras menos que a los hombres no solo es injusto. En realidad es ineficiente, dice Jha.
«Hay cierta locura en esta idea, asegura el académico. «Las personas que parecen ofrecer un mejor cuidado son a las que se les paga menos. Creo que tiene muy poco sentido”.
Esa es la idea de un editorial publicado junto con el estudio: los hallazgos sugieren que los hospitales que toman en serio mejorar la salud de los pacientes deberían invertir en mejorar los salarios y otros beneficios para las mujeres, de modo que sean comparables con los de los médicos hombres.
Sin embargo, no está claro por qué surge esta diferencia o incluso lo significativa que podría ser. Las conclusiones del estudio sugieren que las mujeres son mejores comunicando y siguiendo las reglas.
Pero eso es todo conjetura, señaló Anna Parks, residente de medicina interna en la Universidad de California en San Francisco y autora principal del editorial.
«En este momento, es bastante especulativo decir lo que las mujeres están haciendo mejor que los hombres», dijo. «Necesitamos reunir más datos para, en lugar de salir de los estereotipos, tener pruebas concretas».
Dicho esto, la generalización de los resultados es complicada. El documento solo analiza a los pacientes del Medicare, que son mayores, y solo se centra en la configuración de pacientes hospitalizados. Pero Jha dijo que piensa que los hallazgos basados en el hospital probablemente se mantendrían en otros grupos de edad.
Sin embargo, esto podría no ser necesariamente cierto para otras especialidades médicas. Los investigadores ahora están examinando si el sexo del médico puede relacionarse con los resultados quirúrgicos. Tampoco está claro si los casos ambulatorios por ejemplo, los pacientes que ven a un médico regular por una condición crónica- pueden producir un resultado diferente. En hospitales, los pacientes no eligen a sus doctores, destacó Jha, mientras que podrían elegir a un cirujano o a un doctor de atención primaria.
Otros señalan que se necesita mucha más investigación antes de que el sexo del médico se tenga en cuenta en la ecuación de calidad.
Las diferencias entre los doctores de sexo masculino y femenino pueden no mantenerse en un examen adicional, sugirió Mark Friedberg, científico de la RAND Corp., una entidad de expertos sin fines de lucro. Friedberg no estuvo involucrado en el estudio. Otros factores pueden importar más, como la edad del médico o la educación.
«Sería un error cambiar algo en la política pública sobre la base de estos resultados, o aconsejar a los pacientes a modificar su comportamiento basándose solo en esta información», dijo.
Si los resultados lo confirman, indican una forma en la que la atención de salud podría ser más eficiente y más segura para los consumidores.
«Esto debería inducirnos a observar los comportamientos específicos que estas doctoras están practicando», dijo Parks. «Esas son las conductas que deberíamos estar inculcando en todos los médicos».
*Shefali Luthra es reportera online de Kaiser Health News, con una pasantía en el Texas Tribune.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de laKaiser Family Foundation.