La canciller argentina, Susana Malcorra, asistió este miércoles a la reunión del Consejo Permanente de la OEA y resumió los argumentos a favor de la cita de cancilleres que enfureció al chavismo y provocó su retirada del organismo. «Es nuestra responsabilidad colectiva garantizar el funcionamiento de las instituciones», aseguró la diplomática, y explicó por qué la convocatoria a una sesión extraordinaria «no es intromisión en los asuntos internos de Venezuela».
Pero el viceministro venezolano Samuel Moncada, embajador de su país ante la OEA, sostuvo que la sesión de este miércoles «pasará a la historia como una de las más oscuras de esta organización». Y afirmó: «Se está imponiendo una decisión sobre un estado soberano».
Malcorra, que viajó esta semana a EEUU para acompañar al presidente argentino Mauricio Macri en el encuentro que tendrá con Donald Trump este jueves, se impuso ante los representantes diplomáticos en el recinto como la voz líder entre los promotores de la resolución para que haya un encuentro de cancilleres por la crisis en Venezuela: «Queremos discutir qué otros pasos podemos dar para ver cómo apoyar a Venezuela en encontrar salidas democráticas».
«Ninguno de nosotros tiene derecho al tutelaje sobre pueblos o gobiernos, pero sí sobre las instituciones», advirtió la canciller de Argentina. Y, sobre la represión a las protestas antigubernamentales en Venezuela, dijo: «Los muertos representan, en su total dimensión, el fracaso más absoluto de las instituciones y de sus líderes, imposibilitados a darle respuestas a las necesidades básicas de sus ciudadanos. Los muertos son una prueba de que la oportunidad de expresarse se encuentra con limitaciones, determinadas por la incapacidad de las instituciones o la posible falta de intención de hacerlo».
Y agregó: «Pedir soluciones democráticas no es intromisión en los asuntos internos de ningún país. (…) ¿Qué más se necesita para que lo que pasa en Venezuela se considere de gravedad? (…) Aquí no hay intención de derrocar a nadie (…) Convoco a Venezuela a sumarse en encontrar paz y democracia».
Por su parte, el venezolano Samuel Moncada rechazó la resolución aprobada y declaró que «es lamentable que los principios de la organización hayan sido violados tan flagrantemente hoy, como lo han sido en las últimas semanas, y que la organización se esté auto-descalificando en medio de los mayores vicios para funcionar como un instrumento de solución de los conflictos venezolanos».
En ese contexto, insistió en denunciar que las decisiones tomadas en el seno de la OEA alientan los hechos violentos que han ocurrido en Venezuela durante las últimas semanas. «Los actos de terror que siguen ocurriendo se están agitando desde acá» y, difícilmente, con una organización tan golpeada internamente como esta, podremos solucionar los problemas venezolanos», opinó Moncada.
Paralelamente, repudió las pretensiones de «tutelaje» sobre Venezuela, reiteradas por la canciller Malcorra. «Pensamos que esta reunión, alentando la violencia, violando el derecho, imponiendo la maquinaria de la Secretaría (cargo que ocupa Luis Almagro) sobre el resto de funcionamiento y, sobre todo, coaccionando a muchos países, pasará a la historia como una sesión de las más oscuras en la historia de esta organización (…) El pueblo de Venezuela tiene el deber de resolver sus asuntos sin la tutela de ninguno de los que están presentes acá, ni mucho menos desde Washington se decidirá nunca el destino de Venezuela», concluyó el representante del régimen de Nicolás Maduro ante la OEA.