La energía azul u osmótica se da como consecuencia del encuentro entre el agua salada y el agua dulce, al producirse una diferencia de presión.
Una de las alternativas limpias a los combustibles fósiles que se barajan es la energía azul. Es una opción más a sumar a las fuentes renovables tradicionales, como son la eólica, la solar o la hidráulica. Y lo cierto es que puede tener una gran repercusión. Se dice que este tipo de fuente alternativa podría producir electricidad como para abastecer el 40% de las necesidades mundiales. No en vano los factores que intervienen en la generación de energía son abundantes: el agua salada y la dulce.
La energía azul se obtiene debido a la diferencia de concentración de sal entre el agua salada y la dulce. El encuentro de los dos líquidos se puede aprovechar para generar electricidad, con el agua salada como único residuo. Las posibilidades son enormes, teniendo en cuenta la gran cantidad de ríos que desembocan en el mar.
Actualmente hay tres métodos para obtener la energía azul del encuentro de aguas. El primero de ellos es la ómosis por presión retardada (PRO). Aquí una membrana semipermeable separa los dos líquidos y solo deja pasar agua sin sal. Así, el recipiente que contiene el agua salada aumenta de volumen hasta equilibrar la concentración de sal. Esto da lugar a un incremento de presión en este espacio, que permite hacer fluir el líquido con fuerza. Unas tuberías lo conducen hasta una turbina, donde se genera la electricidad.
La segunda forma de obtener la energía azul es la electrodiálisis inversa (RED). En este caso una membrana sirve para mover iones solo de un signo, positivo o negativo. De manera que se genera un voltaje. Una tercera vía se denomina ‘capacitive mixing’ y se basa en exponer dos electrodos iguales a los diferentes tipos de agua.
Los problemas, que siempre los hay, son la poca energía que se obtiene con los dos últimos métodos. La pega para el primer método es que la membrana se obstruye con cualquier impureza del agua. En la Universidad de Penn State, en el estado de Pensilvania, han desarrollado, sin embargo, su propio camino.
El trabajo de estos investigadores básicamente combina los dos últimos métodos de obtención para crear una celda que se puede recargar. Así es posible generar un voltaje mucho mayor. El resultado es que la capacidad energética es muy superior, comparable al método por ósmosis PRO.
Aún se trata de una prueba de laboratorio, pero los investigadores confían en que es un paso importante hacia la una obtención eficaz de la energía azul. Y es que este tipo de fuente alternativa podría tener un papel protagonista en el futuro. Después de todo, los ríos desembocan en el mar a lo largo de todo el mundo. Son recursos naturales ahí fuera que esperan ser aprovechados.