Un grupo de investigadores ha desarrollado una técnica capaz de predecir discapacidades en pacientes con esclerosis múltiple (EM) al observar los niveles de hierro en sus cerebros, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Radiology.
Este método ayudará a los médicos a identificar a los enfermos que presenten un mayor riesgo de desarrollar discapacidad física y otras complicaciones, de acuerdo a los hallazgos de esta investigación.
La EM es una enfermedad que ataca tres componentes críticos del sistema nervioso central: las neuronas (fibras nerviosas), la mielina (la cubierta protectora alrededor de las neuronas) y las células que producen mielina.
La atrofia cerebral es el mecanismo que usan actualmente los médicos para predecir el deterioro cognitivo y físico en la EM, pero «tiene limitaciones», según el autor principal del estudio, Robert Zivadinov, profesor de neurología de la Universidad de Buffalo (Nueva York, EE.UU.)
«La atrofia cerebral toma mucho tiempo en verse y detectarse; necesitamos una manera más temprana y rápida para saber quién desarrollará la discapacidad relacionada con la EM», comentó Zivadinov.
Así, los estudios de resonancia magnética de la concentración de hierro han surgido recientemente como una medida prometedora de los cambios en el cerebro asociados con la progresión de la EM.
El hierro es vital para diversas funciones celulares en el cerebro, incluida la mielinización de las neuronas, y tanto la sobrecarga de hierro como las deficiencias de hierro pueden ser dañinas.
«Se sabe que hay más hierro en las estructuras de materia gris profunda en pacientes con EM, pero también hemos visto en los hallazgos recientes que hay regiones donde encontramos menos hierro en el cerebro de estos pacientes», explicó el científico.
Zivadinov y sus colegas compararon los niveles de hierro cerebral en personas con EM con los de un grupo saludable mediante el uso de una técnica avanzada de imagen por resonancia magnética (MRI) llamada «mapeo de susceptibilidad cuantitativa».
Los investigadores probaron este método en 600 pacientes con EM, incluidos 452 con la enfermedad en etapa inicial y 148 cuya enfermedad había progresado.
En comparación con los 250 participantes sanos, los pacientes con EM tenían niveles más altos de hierro en los ganglios basales, un grupo de estructuras profundas en el cerebro que son fundamentales para el movimiento.
Sin embargo, los pacientes con EM tenían niveles más bajos de hierro en su tálamo, una región cerebral importante que ayuda a procesar la entrada sensorial al actuar como un relevo entre ciertas estructuras cerebrales y la médula espinal.
El menor contenido de hierro en el tálamo y el mayor contenido de hierro en otras estructuras de materia gris profunda de las personas con EM se asociaron con una mayor duración de la enfermedad, mayor grado de discapacidad y progresión de la enfermedad.
«Tras analizar los resultados, hemos detectado, por primera vez, que el hierro aumenta en los ganglios basales, pero disminuye en las estructuras talámicas», señaló Zivadinov.