Llamada a testificar por la defensa el viernes en el juicio que se le sigue a la niñera dominicana Yoselyn Ortega por los asesinatos de los niños Lucía y Leo Krim, de 2 y 6 años, en octubre de 2012, la reconocida psiquiatra Karen Rosenbaum aseguró al jurado que la acusada no sabía lo que hacía en el momento de presuntamente cometer los crímenes.
La especialista, quien se presentó por segunda vez en el estrado, fue interrogada por la abogada defensora de Ortega, Valiere Van Leer Greenberg y el fiscal adjunto que representa al Ministerio Público, dijo que la niñera “estaba en un estado disociativo”, cuando mató a los menores el 25 de octubre de 2012 en el apartamento de la familia Krim en un edificio de la calle 75 en Manhattan.
«No se encontraba en un estado consciente normal en el que pudiera controlar su comportamiento o en el que pudiera intentar actuar para accionar conscientemente», dijo la psiquiatra respondiendo a preguntas de la abogada.
«Ella estaba en un estado disociativo y un estado psicótico y no estaba al tanto de sus acciones», añadió la especialista.
La abogada de Ortega alega ante el jurado que la niñera debería ser declarada no culpable por una enfermedad o defecto mental.
Rosenbaum dijo que, en su opinión médica, Ortega no podía formar un objetivo consciente o la intención de asesinar a los niños Krim.
Señaló que las repetidas afirmaciones de Ortega de que estaba escuchando voces antes de la tragedia y que el diablo eventualmente le dijo que asesinara a los niños y se quitara la vida, son una demostración de que la niñera no estaba en sus cabales.
Ambos niños fueron heridos mortalmente con cuchillos de cocina.
Ortega hundió uno de los dos cuchillos que usó en su garganta, pero no llegó a tocar su vena yugular y sobrevivió al intento de suicidarse.
Rosenbaum dijo que no creía que Ortega estuviera fingiendo sus síntomas o mintiendo sobre las voces que le estaban pasando por la cabeza.
“Las voces se volvieron más fuertes y poco antes del ataque le decían que se suicidara y que matara a los niños», recordó la psiquiatra.
La doctora argumentó que no hay otra explicación que no sea la de la locura.
«Ella amaba a los niños. Siempre había hablado sobre su amor por los niños», dijo Rosenbaum.
«Ponía a los niños en el teléfono con su propio hijo y le decía que su hermano y hermana querían hablar con él», dijo la especialista.
«No había ninguna razón por la que ella quisiera lastimar a nadie más que los delirios psicóticos que estaba experimentando», agregó.
La fiscalía argumenta que Ortega actuaba por despecho contra la madre de los niños, Marina Krim, a la que resintió durante el período de dos años que trabajó bajo su supervisión.
La niñera, nativa de Santiago de los Caballeros, al norte de la República Dominicana, se enfrenta a cadena perpetua si es hallada culpable por los asesinatos, sin que mediara la locura, pero si el jurado acepta ese argumento, sería confinada de por vida en un manicomio.