El operador ucraniano de energía nuclear acusó a las fuerzas rusas de desplazar lanzadores de misiles a la central nuclear de Zaporiyia para disparar a las regiones de Nikopol y Dnipro, que registraron ataques la noche del viernes.
«Los ocupantes rusos instalaron sistemas de lanzamiento de misiles en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia», en el sur de Ucrania, dijo en Telegram el presidente de Energoatom, Petro Kotin, tras una entrevista televisiva en el canal ucraniano United News.
«La situación (en la planta) es extremadamente tensa y la tensión aumenta día a día. Los ocupantes están trayendo su maquinaria, incluidos los sistemas de misiles con los que han atacado el otro lado del río Dnipro y el territorio de Nikopol», 80 km al suroeste de Zaporiyia, agregó.
Unos 500 soldados rusos siguen en el emplazamiento de la planta y la tienen bajo su control, aseguró.
La mayor central eléctrica de Ucrania fue tomada por las fuerzas rusas en marzo, poco después de la invasión rusa del 24 de febrero.
Casi todo el país se puso en alerta aérea durante la noche y fuentes oficiales y no oficiales informaron en redes sociales de atentados en las regiones de Mykolaiv y Donetsk.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, en su mensaje cotidiano, dio cuenta la noche del viernes de los ataques en Dnipro (este), Kremenchuk (cerca de Kiev) y la región de Kiev.
Poco después, la fuerza aérea ucraniana informó que misiles rusos Kh-101 fueron lanzados desde el mar Caspio a Dnipro, cuatro de los cuales fueron destruidos. Pero varios otros cayeron en un sitio industrial sin causar víctimas.
Más ataques
Entre tanto, Kramatorsk, una ciudad del Donbás aún bajo control de Ucrania, sufrió el viernes intensos bombardeos mientras la ciudad de Vinnytsia, en el centro del país, contaba sus muertos tras un mortal ataque un día antes.
El ataque en la céntrica Plaza de la Paz de Kramatorsk dejó un cráter de dos metros y destrozó las ventanas de los edificios cercanos, aunque no causó víctimas porque ocurrió después del toque de queda, según un oficial de defensa aérea que habló en condición de anonimato.
«Yo estaba en mi balcón, vi algo que ardía en medio de la plaza y luego explotó», comentó Genya, una pobladora de 72 años.
Los bombardeos ocurrieron un día después de los ataques con misiles en Vinnytsia, cientos de kilómetros al oeste, que dejaron al menos 23 muertos, entre ellos varios niños.
«La identificación de todos los culpables» de este ataque «ya comenzó», aseguró Zelenski el viernes.
«La sociedad rusa, con tantos asesinos y verdugos, seguirá destruida durante generaciones, y eso es culpa suya», agregó el presidente.
Las autoridades ucranianas identificaron a una de las fallecidas como Liza Dmitrieva, una niña de cuatro años con síndrome de Down que se dirigía con su madre Irina a un centro terapéutico de esta ciudad de 370,000 habitantes situada a 250 kilómetros al suroeste de la capital ucraniana Kiev.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dijo «horrorizado» por el bombardeo y la Unión Europea (UE) lo calificó de «atrocidad».
Combates en el sur y en el Donbás
El ejército ruso afirmó que el bombardeo en Vinnytsia estaba dirigido contra «la casa de los oficiales» de esa ciudad donde se celebraba una reunión del «mando de las fuerzas aéreas ucranianas con representantes de proveedores extranjeros de armas».
Algo que puso en duda un funcionario del Pentágono. «No tengo indicios de que había un objetivo militar cerca de allí», dijo a la prensa el funcionario, que pidió mantener el anonimato. «Parecía un edificio de apartamentos», añadió.
Ucrania anunció el viernes que había recibido su primera entrega del sofisticado sistema de lanzacohetes múltiples MLRS M270, como parte de la ayuda militar proporcionada por las potencias occidentales.
Actualmente el grueso de los combates están centrados en el sur y en la cuenca minera e industrial del Donbás, en el este.
En la parte oriental, los separatistas prorrusos afirmaron el viernes que se acercan a Siversk, que es su próximo objetivo, tras hacerse con el control de las localidades de Lysychansk y Severodonetsk, hace dos semanas tras rudos combates.
«El mando ucraniano ha decidido ir gradualmente retirando sus unidades de la localidad de Siversk», afirmó Andrey Marochko, portavoz de las milicias de los separatistas en declaraciones a la agencia TASS.
«Rusia debe asumir toda la responsabilidad»
Los líderes separatistas anunciaron la muerte en detención el 10 de julio de un británico capturado en abril por estas fuerzas, Paul Urey, que según su familia realizaba misiones humanitarias.
Enfermo de diabetes y de problemas renales, respiratorios y cardíacos, así como afectado por el «estrés», afirmó Daria Morozova, una responsable de Donetsk
«Rusia debe asumir toda la responsabilidad» por la muerte de Urey, afirmó la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss.
En el plano económico, los ministros de Finanzas occidentales reunidos en el G20 en Indonesia responsabilizaron a Moscú del enorme impacto de la guerra en la economía mundial.
«La guerra injustificada deRusia contra Ucrania ha enviado una onda de choque a la economía mundial», afirmó Janet Yellen, la secretaria del Tesoro estadounidense, a la delegación rusa en la sesión de apertura, según un funcionario.
Unos 20 millones de toneladas de grano están actualmente bloqueados en los puertos por la presencia de buques de guerra rusos y de minas, colocadas por Kiev, para defender su costa.
Delegaciones de Rusia y Ucrania reunidas en Estambul esta semana, junto a funcionarios turcos y de la ONU, para discutir el desbloqueo de las exportaciones de grano acordaron seguir las conversaciones la semana próxima.