Un adiós tormentoso para Alex Rodríguez

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Alex Rodriguez sostiene una base firmada junto a su madre Lourdes, vestida de rojo, sus hijas Natasha and Ella; and otros integrantes de su familia en la ceremonia antes de su último partido con los Yankees de Nueva York contra los Rays de Tampa Baya anoche en el Yankee Stadium.

Empapado por la lluvia, Alex Rodríguez preservó el buen humor en sus últimos momentos con un uniforme como jugador de los Yanquis de Nueva York. La muy precipitada ceremonia que el equipo le preparó el viernes para su adiós del Bronx había quedado desteñida por un aguacero y ráfagas de relámpagos, pero nada de eso perturbó al bateador designado de origen dominicano.

“El béisbol tiene una manera peculiar de darte un toquecito en el hombro cuando menos lo esperas para decirte que se acabó. Estoy en paz conmigo”, había dicho Rodríguez horas antes al partido contra los Rays de Tampa Bay, su último con los Yanquis antes que le retiren del roster activo.

Alex Rodriguez acepta de Jennifer Steinbrenner, propiataria de los Yankees, una base firmada por sus compañeos en su último partido con el equipo mientras integrantes de su familia observan ayer en el Yankee Stadium.

Su adiós en el Yankee Stadium, en el mes de agosto, estuvo muy lejos de las elaboradas giras de despedida que la franquicia más valiosa y laureada del béisbol le ofreció a Derek Jeter y Mariano Rivera, mitos de la organización que se retiraron en el último lustro.

Con un promedio al bate por debajo de .200 y necesitado de cuatro jonrones para alcanzar el exclusivo club de los 700, el toletero de 41 años de edad —odiado y amado por igual— pudo al menos tener la satisfacción de un último juego en casa que contó con la presencia de su madre y dos hijas.

El legendario jonronero yanqui Reggie Jackson se encargó de acompañar a Lourdes Navarro, la madre de A-Rod. El panameño Rivera recibió tal vez la ovación más fuerte de la noche al ingresar al terreno junto a las hijas de Rodríguez, Natasha y Elle.

Cuando las gotas de lluvia arreciaron, al filo de las 7 de la noche, el acto adquirió tintes surreales. Todos se apuraban para cumplir con lo previsto, incluyendo la entrega de una almohadilla al número 13.

La percepción generalizada era que los Yanquis no despedían a Rodríguez con todos los honores. Lo estaban exiliando, por más que le estaban asignando hasta fin de año las funciones de asesor e instructor. Era su final en Nueva York dentro de una controversial trayectoria que incluyó una larga suspensión por dopaje, demandas y un campeonato de la Serie Mundial.

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ACTUACIÓN DE ANOCHE
Comenzó el partido como bateador designado y tercer bate.

En la ofensiva, se fue de 4-1 que fue un doble remolcador de carrera de la primera carrera de los Yankees en la primera entrada. Luego falló en otros tres turnos, incluyendo un ponche.

En la primera parte de la novena entrada fue colocaro en la tercera base. Salió luego del primer out del episodio.

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