Advierten sobre el riesgo «significativo» de que terroristas logren materiales nucleares

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El mundo se enfrenta a un riesgo significativo de que terroristas tengan acceso a materiales nucleares, afirmó Rafael Grossi, actual embajador argentino en Viena y firme candidato a presidir a partir de 2017 el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA o IAEA por sus siglas en inglés).
La Cumbre de Seguridad Nuclear celebrada esta semana fue la cuarta y última de una serie iniciada en 2010 por el presidente Barack Obama en la capital estadounidense.
El diplomático argentino señaló en una entrevista con el diario brasileño Estadao, que estas reuniones fueron importantes «para dar relevancia política, con la participación de jefes de Estado, a la protección de los materiales nucleares contra el terrorismo».
En ese sentido, Grossi recordó el accidente de Goiânia, en Brasil, en el que cuatro personas fallecieron y otras 249 resultaron heridas, tras el robo en una clínica abandonada, en 1987, de una fuente médica blindada de cesio 137 sumamente radiactiva. «Esta vez fue accidental, pero podría haber sido intencional. Para un terrorista, este material es valioso porque puede causar terror y pánico», dijo.
Los críticos de la cumbre apuntan contra la carencia de medidas agresivas que aseguren el resguardo de los materiales nucleares. Grossi calificó de «legítima» la observación, aunque incompleta. «Las cumbres son, de alguna manera, víctimas de su propio éxito», dijo el diplomático argentino, quien agregó que todo lo que se podía hacer «estaba más o menos hecho».
«Ahora hay que entrar en terrenos más sensibles: el 83% del uranio altamente enriquecido y del plutonio existente en el mundo son parte de programas militares. Esto va más allá del alcance de la Cumbre y se concentra en un pequeño grupo de países», indicó.
Según Grossi, «algunos consideran como seguro» el arsenal nuclear entre manos de Estados Unidos, Francia y Rusia. No así en países como Pakistán, India o Corea del Norte. «Con esos Estados la Cumbre llega a su límite. Para ir más lejos, es necesario tener voluntad política, algo difícil de imaginar en países que no quieren hacerle frente a este problema».
«Expertos militares de Pakistán dicen que no hay nada que temer. Pero hay malestar. Vivimos en un mundo que tiene un riesgo significativo», agregó.
Grossi indicó que partir de los años 90, se produjo la «globalización del terrorismo» y «su radicalización» a nivel internacional y recordó el ataque con gas sarin que perpetró una secta en el metro de Tokio, en 1995. «Esto demostró que los terroristas vieron el potencial de utilizar elementos vinculados a las armas de destrucción en masa», aseguró.
En caso de ser elegido, el argentino sería el primer latinoamericano en ocupar la titularidad del organismo. Y aunque Brasil no se manifestó todavía, Grossi espera tener el respaldo del país. «No puedo concebir una candidatura argentina que no tenga el apoyo de Brasil. No me sentiría representante, en particular en el mundo nuclear «, señaló el diplomático al diario brasileño.

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