Berny Saint-Sauveur gemía y decía cosas incoherentes cuando su familia lo llevó a un hospital en el centro de Haití. No podía moverse, según se enteró más tarde, por una parálisis poco común asociada con el mosquito transmisor del zika.“Pensé que me moría”, declaró Saint-Sauveur en una entrevista desde el hospital donde quedó internado, mientras se refregaba los ojos enrojecidos.
Casi dos semanas después, este campesino de 46 años sigue recuperándose de una enfermedad que ataca el sistema nervioso conocida como síndrome de Guillain-Barré, esperando que los médicos del hospital de Mirebalais lo den de alta. Médicos y científicos, mientras tanto, se preparan para un brote de esta enfermedad derivada del zika en un país pobre que ha enfrentado una crisis tras otra en el campo de la salud y es terreno fértil para los males propagados por los mosquitos.
El zika provoca fiebre y sarpullido en la mayor parte de la gente, pero cuando se reportaron los primeros brotes en Brasil el año pasado, los médicos notaron un fuerte aumento en la incidencia del Guillain-Barré y en un severo defecto de nacimiento conocido como microcefalia, por el cual los bebés nacen con cabezas muy pequeñas. La Organización Mundial de la Salud dice que ya se cuenta con suficiente consenso científico como para afirmar que el zika causa los dos males.
El ministerio de salud de Haití no ha detectado microcefalia entre los 11 casos de Guillain-Barré registrados hasta ahora, incluidos dos cuya asociación con el zika fue comprobada por exámenes de laboratorio. En Haití, sin embargo, no se conoce la magnitud del brote de zika ni la cantidad de trastornos neurológicos que puede haber provocado.
“Haití es una especie de caja negra, no creo que nadie tenga una idea de lo que realmente está sucediendo”, expresó Peter Hotez, decano de la National School of Tropical Medicine del Baylor College of Medicine de Texas.
Incluso después de sufrir el peor brote de cólera de su historia reciente, el sector de la salud de Haití no cuenta con sistemas de recolección de información que permitan a los expertos seguir y documentar brotes de enfermedades en uno de los países más pobres del mundo.
Los médicos dicen que creen que el brote de Guillain-Barré deriva del zika porque coincide con la expansión de esa epidemia. “Desde mediados del 2015 vemos casos de Guillain-Barré que hasta entonces no habíamos visto”, expresó la doctora Nessa Meshkaty, especialista en enfermedades contagiosas que trabaja con el programa Partners in Health.
Los expertos en la salud están tratando de ver qué pueden hacer para prepararse, al margen de capacitar al personal médico para detectar los síntomas. “¿Qué vamos a hacer en Haití si tenemos una epidemia de bebés con problemas de desarrollo si ya de por sí carecemos de recursos?”, preguntó el doctor Luise Ivers, asesor del programa Partners in Health, generado desde Boston. Haití anunció sus primeros casos de zika el 15 de enero de este año. Para el 23 de abril, se sospechaba de 2,214 casos, incluidos los de 12 mujeres embarazadas.
Situación epidemiológica es complicada
Nuevas investigaciones que indican que el zika puede haber llegado a Haití en el 2014 complican el misterio epidemiológico. El doctor John Lednicky, investigador del Emerging Pathogens Institute de la Universidad de la Florida, fue parte de un equipo que detectó el zika en tres jóvenes haitianos unos dos años antes de que se anunciasen los primeros casos en Haití y meses antes de que investigadores brasileños comprobasen la presencia del virus allí. Dijo que era pronto para decir si el virus mutante tendrá en Haití las mismas consecuencias que en Brasil.