El oriundo de El Palmar, de 20 años cumplidos el viernes, ya esta semana en Roma recuperará el número 1 del mundo que ostenta ahora el serbio Novak Djokovic.
Hay parejas que triunfan en todos los campos y en el deporte la que forman el tenista Carlos Alcaraz Garfia y su entrenador, Juan Carlos Ferrero, es una de las que más lo hacen como lo demuestra el hecho de que, desde que están juntos, llevan ganados diez títulos y 14,2 millones de dólares en premios con el Madrid Opep ayer domingo.
Aunque el joven jugador siempre habla de «equipo» y ahí también entran desde el representante Albert Molina hasta los fisioterapeutas Juanjo Moreno y Sergio Hernández, pasando por el médico Juanjo López, los preparadores físicos Alberto Lledó y Álex Sánchez, y también la psicóloga Isabel Balaguer y Antonio Martínez Cascales, quien en ocasiones ejerció como entrenador en ausencia de Ferrero, lo cierto es que el tándem Alcaraz-Ferrero es la cabeza visible de este elenco triunfador.
El de El Palmar, de 20 años cumplidos el viernes y que ya esta semana en Roma recuperará el número 1 del mundo que tiene el serbio Novak Djokovic, además, está muy arropado por su familia. Su padre, Carlos Alcaraz González, también fue tenista y le introdujo en este deporte y, aunque no se inmiscuye en cuestiones técnicas que tengan que ver con la carrera de su hijo, acude a los partidos y sabe de qué va todo esto.
También empiezan a ser asiduos en las pistas su madre, Virginia Garfia, y su hermano mayor, Álvaro, de 23 años, quien suele acompañar a Carlos en algunas giras ejerciendo puntualmente como ‘sparring’ pues también practicó el tenis.
En realidad, todos en esa casa empuñaron la raqueta, porque Jaime, el menor -de 11 años- también compite y Sergio, de 13, lo hizo para luego pasarse al fútbol.
El jugador llamado a dominar la ATP en la próxima década -ya empieza a hacerlo- está rodeado de un ambiente adecuado y eso le ayuda a conseguir sus objetivos.
«A Carlos, con siete años, ya se le veía que tenía algo especial y diferente», comentó su padre cuando empezó a despuntar en el circuito y sabe de lo que habla. No en vano, Alcaraz González dirige su propia escuela en la Sociedad Club de Campo de El Palmar, la Carlos Alcaraz Tennis Academy by Reina. Lo hace desde hace 30 años y en ella Carlitos dio sus primeros raquetazos.
Ese don especial se trabajó bien y los resultados así lo demuestran. La sensación del tenis mundial, cuando era un proyecto de lo que es hoy, tuvo a Carlos Santos Bosque como primer entrenador y luego fue Kiko Navarro el que lo dirigió. Antonio González Palencia, quien fue técnico de otro murciano como Nico Almagro, quien llegó a ser noveno del mundo y conquistó 13 títulos ATP, también colaboró en esa dirección, pero llegó un momento en el que había que dar un paso más.
Para seguir progresando y dar el gran salto había que contar con los servicios de un entrenador de los denominados top y el problema, lógicamente, estaba en lo económico pues el caché de cualquiera de ellos es el que es.
Alcaraz González lo explica: «Sabíamos que lo siguiente era poner a Carlos en manos de un entrenador del más alto nivel, que conociera el circuito y surgió la posibilidad de Juan Carlos, pero pensamos que no tendríamos con qué pagarle».
Como botón de muestra cabe reseñar que el programa anual en la JC Ferrero Equalite Sport Academy, en la que entrena Carlos en la localidad alicantina de Villena, tiene un coste de 4.025 euros al mes.
El técnico de Ontinyent, quien actualmente tiene 43 años y como tenista también fue número 1 del mundo en 2003 y conquistó 16 títulos profesionales, entre ellos el Roland Garros de ese año, ya había visto en acción a Carlitos siendo un crío y fue Albert Molina, representante de ambos, el que los puso en contacto y el artífice del inicio de esta relación que está resultando tan fructífera.
Ferrero, quien había entrenado a Alexander Zverev, jugador alemán al que llevó a ser número 3 del mundo -posteriormente fue el 2 y ahora, tras una grave lesión, es el 22-, vio muchas posibilidades en Carlos y por eso aceptó guiar su carrera.
«Tras entrenar a Zverev, hacerme cargo de Alcaraz era algo muy diferente. Cogía a un chico con todo por hacer y debo decir que me ilusionó el hecho de poder moldearle y traspasarle todas las experiencias que yo tuve como jugador», manifestó el valenciano en una entrevista concedida a EFE en marzo de 2020.
«Para ser muy bueno y no quedarse por el camino, Alcaraz debe poner dedicación y hasta fanatismo», dijo también cuando su jugador tenía 16 años y llevaba poco más de uno trabajando con él en Villena.
Desde entonces, Alcaraz ganó diez títulos, que son el Abierto de Estados Unidos, su primer y por ahora único Grand Slam; los Masters 1.000 de Miami, Indian Wells y Madrid -este por partida doble-, los ATP 500 de Río de Janeiro y Barcelona -el Godó también repetido- y los ATP 250 de Umag y Buenos Aires.
En premios, el tenista murciano lleva ganados 14.267.635 dólares, según la cifra que publica la propia ATP, y a eso hay que añadir lo que se va embolsando en concepto de patrocinios millonarios con Nike, Babolat y Rolex como principales patrocinadores en una lista en la que también aparecen Isdin, BMW y Calvin Klein, así como la murciana ElPozo Alimentación y la Comunidad Autónoma, que tiene al tenista como imagen para fomentar el turismo en la Región.
Alcaraz, elegido en 2022 como jugador con mayor progreso en el circuito y antes, en 2020, como el mejor joven de la ATP, está llamado ser el mejor en el cómputo global en 2023 y para eso se apoya a diario en el que el pasado año fue elegido mejor entrenador del tenis mundial. Una pareja instalada en la élite y que apunta a conseguir muchos más éxitos.
Fuente-Acento.