Usuarios de modelos «antiguos» de iPhone presentaron demandascolectivas contra Apple ante la justicia estadounidense luego de que la empresa reconociera que desacelera a propósito el rendimiento de versiones anteriores a las últimas, entre ellas las 6, 6S y 7.
Ambas presentaciones fueron ingresadas ayer ante tribunales de los estados de California e Illinois, y tienen como principal argumento que Apple efectuó cambios en los sistemas operativos de los teléfono sin el consentimiento de los usuarios.
Esa modificación, según reconoció la empresa de la manzana esta semana, desacelera el rendimiento de los iPhones para «optimizarlos» ante los problemas causados por las baterías viejas.
«Las actualizaciones de software redujeron deliberadamente las velocidades de rendimiento de iPhone 5, iPhone 6, ciertos teléfonos iPhone 7 y versiones aún desconocidas y causaron estragos en las baterías«, afirma la demanda presentada en Illinois.
El abogado de los demandantes, James Vlahakis, señaló a través de un comunicado que «la falla de Apple en informar a los consumidores que estas actualizaciones causarían estragos en el rendimiento del teléfono se considera intencional, y si se demuestra, constituye la retención ilegal e importante de información relevante«.
«Esto es una violación directa de la Ley de Prácticas Empresariales Engañosas y Fraude al Consumidor de Illinois, así como de la Ley de Comercialización Engañosa del Consumidor de Indiana, la Ley de Prácticas Comerciales Desleales y Engañosas de Carolina del Norte y el Fraude de Ley Común, todas ellas contra métodos de competencia desleales y / o el comercio realizado bajo falsos pretextos«, detalló el letrado, que exigió «un juicio por jurados».
Según el abogado, «Apple parece haber oscurecido y ocultado porqué los teléfonos más antiguos se estaban desacelerando«.
Dos de los demandantes de California, Stefan Bogdanovich y Dakota Speas, cuestionaron que las acciones de Apple les causaron «daños económicos y otros daños por los cuales tienen derecho a compensación«, que incluye el reemplazo de un teléfono antiguo.
Apple admitió este miércoles que ralentiza modelos «antiguos» con el objetivo de «prolongar la vida útil» de los dispositivos.
Un vocero de la empresa, citado por el diario inglés The Guardian, explicó que cuando una batería está en mal estado, es posible que no pueda suministrar la máxima corriente requerida por el procesador del teléfono a toda velocidad.
Si eso sucede, el iPhone puede cerrarse inesperadamente para proteger los componentes internos, agregó.
«El año pasado publicamos una actualización de sistema que incluía una nueva característica para el iPhone 6, iPhone 6s y iPhone SE, que reducía y controlaba los picos de consumo de energía para prevenir que el dispositivo se apagara bajo esas condiciones. A partir de iOS 11.2, llevamos esta función al iPhone 7 y planeamos llevarla a cada vez más dispositivos», reveló Apple.
Pero la consideración de «antiguos» de estos modelos es relativa: si bien el iPhone 6 fue lanzado en septiembre de 2014, el 6E llegó al mercado en septiembre de 2015 y el SE lo hizo el 31 de marzo de 2016.
En tanto, el iPhone 7 comenzó a venderse en la Argentina en abril de este año.
Por eso la explicación de Apple fue tomada con cierto escepticismo por críticos y expertos, muchos de los cuales denuncian que la empresa viene haciendo esto desde hace años, y ven en la ralentización una jugada de Apple para que sus clientes compren los modelos más nuevos.
En lugar de bajarle la velocidad al funcionamiento, la gigante tecnológica podría haber tomado otras decisiones, como educar a los clientes sobre las limitaciones de las baterías de litio, sostuvo Kyle Wiens, CEO de iFixit, una compañía que vende kits de reparación y publica guías de reparación para productos electrónicos de consumo.
También podría tomar la decisión de vender kits de reemplazo de baterías para que los usuarios del iPhone pudieran cambiarlas por las piezas gastadas, afirmó Wiens en declaraciones a Wired.
Sin embargo, Apple ha luchado de forma activa contra los intentos de sancionar leyes que le exigirían proporcionar una forma para que las personas reparen sus equipos.
Esta conducta es la que alimenta los argumentos de la obsolescenciaprogramada intencional.
En Argentina funcionan más de un millón de iPhones, pero al no haber sido la mayoría de ellos vendidos por empresas de telefonía sino que ingresaron al país en ocasión de turismo, se desconoce de qué modelos se trata y cuántos podrían estar en esta situación.