Con el distanciamiento social, los aislamientos preventivos, toques de queda y cuarentenas alrededor del mundo, nuestras rutinas se han visto modificadas. Pero también se modifican algunas cuestiones biológicas que quizás no percibimos.
Al estar en aislamiento, reduces drásticamente el gasto calórico producto de que te mueves mucho menos y tu rutina diaria se ve afectada. Mismo si no entrenas, el simple hecho de moverte de tu casa para ir al trabajo implica un esfuerzo que ahora no haces. Y si no llevas una dieta balanceada y equilibrada, lo más normal es que puedas subir de peso, ¿sabías?
Por eso te recomendamos que, aunque sea en poco espacio, no abandones tu rutina de ejercicios. Pero también tenemos algunos consejos respecto a la alimentación para que te mantengas saludable el tiempo que dure el aislamiento preventivo.
Esto, que en teoría parece sencillo e inútil, es fundamental. Establece horarios para las 4 comidas del día y cúmplelos. Súmale dos colaciones entre comidas y con esto evitarás recurrir a snacks o comidas innecesarias por ansiedad.
No olvides la correcta hidratación
Toma abundante agua, evita las bebidas azucaradas o gaseosas. Pero no se trata solo del agua, sino también de los alimentos. Es ideal sumar vegetales, conservas, legumbres, frutas que además de hidratarnos, también son una fuente de alimentación saludable.
Suma frutos secos
Además de ser fáciles de almacenar y fáciles de comer, puedes incluirlos en diferentes comidas como ensaladas o budines. Aportan zing y magnesio, que son minerales esenciales para combatir cualquier tipo de infección.
Otros tips
Busca mantener buenos niveles de vitaminas D y trata de incorporar frutas y verduras de manera cotidiana. No es momento para continuar con dietas que sean excesivamente restrictivas, porque además debes cuidar también tu ansiedad y salud mental. Y por último, pero no menos importante, cuida tus períodos de sueño y de descanso.