El nombramiento de Boris Johnson como ministro británico de Asuntos Exteriores se ha llevado la mayor parte de la atención en la composición del primer gabinete de la primera ministra Theresa May. Pero el hombre destinado a manejar el asunto más importante para Reino Unido de los próximos años va a ser David Davis, a quien May ha entregado el Ministerio para gestionar el Brexit (salida de la Unión Europea).
La idea es que el euroescéptico Davis coordine el plan, la estrategia y las negociaciones para la ruptura con Bruselas. La propia May, Johnson y otros ministros como Philip Hammond (Economía), Amber Rudd (Interior) y Liam Fox (Comercio Internacional) deberán implementar ese programa en las cumbres y conversaciones con sus homólogos del resto del país europeos.
En un artículo escrito esta semana, el ministro del Brexit adelanta sus ideas principales para acometer la retirada de la UE. «El desenlace ideal (y en mi opinión el más probable, después de muchas discusiones) es un acceso continuado sin tarifas al mercado único. Una vez que otros países europeos vean que no vamos a ceder en el control de nuestras fronteras [para limitar la inmigración], querrán negociar, en su propio interés».
Estos son los pasos que pretende dar Davis.
1. Diseño de un plan de acción. «La negociación tiene que estar bien diseñada», afirma el ministro del Brexit. Durante los próximos meses, prevé consultar con las administraciones de Escocia y otras regiones; y con agentes económicos como la patronal, los sindicatos y representantes de la City; para pergeñar un Libro Blanco con los pasos a dar, los objetivos y las posibles alternativas.
2. Activación del artículo 50. Con ese programa preparado, Davis espera notificar formalmente a Bruselas el deseo de que Reino Unido deje la UE al final de 2016 o comienzos de 2017. Según el artículo 50 del Tratado de Lisboa, esto abriría un periodo de dos años (prorrogables) para negociar la salida.
3. La negociación. Davis opina que sus socios europeos no querrán perder el acceso al mercado británico, por lo que aceptarán un pacto de libre comercio de productos y servicios aunque Reino Unido cierre sus fronteras al movimiento de trabajadores. Pero «si son irracionales», el ministro advierte que su Gobierno no tendrá problemas para imponer una tasa del 10% a la importación de coches. «Esto nos daría 2.000 millones de libras para apoyar a nuestra industria automovilística».
4. Conversaciones paralelas. A la vez que negocia con la UE, David Davis pretende llegar a acuerdos comerciales con países como Estados Unidos, China, Canadá, Australia, India, Japón e Indonesia, entre otros países. A su juicio, será más fácil para Reino Unido llegar a estos pactos que para toda la UE, pudiéndolos negociar en 12 o 24 meses.
5. Fecha decisiva. «Conforme avancemos con los nuevos acuerdos comerciales, podría haber un aumento de la inversión extranjera para aprovechar las condiciones que son creadas», anticipa Davis. «Esto significa que algunos beneficios del Brexit podrían materializarse antes de la fecha probable de salida de la UE, al rededor de diciembre de 2018». En ese mismo momento, entrarían en vigor los tratados con otros países. «Todo ello nos permitirá presentarnos a las elecciones de 2020 con los primeros frutos de una exitosa estrategia económica de comercio libre global».
El plan de Davis contradice palabras de otros ministros como Hammond, quien prevé seis años de negociaciones y ve difícil mantener el acceso de los servicios financieros de la City al resto de la UE tras el Brexit. Muchos analistas también creen que el proceso será más complicado y los socios europeos pondrán barreras a Reino Unido si este país restringe la inmigración.
Por otro lado, Theresa May siguió ayer con la formación de su Gobierno. Andrea Leadsom será ministra de Medio Ambiente, y Chris Grayling ocupará el Ministerio de Transporte.