Los dos buzos sabían que habían encontrado algo especial en las aguas poco profundas del antiguo puerto romano de Cesárea, en el Mar Mediterráneo.
De lo que no se dieron cuenta es que habían descubierto un naufragio de 1.600 años con una valiosa carga.
Una búsqueda submarina en las últimas semanas ha revelado la extensión del hallazgo, que fue visto por primera vez en abril.
Los buzos encontraron una lámpara de bronce que representaba al dios romano Sol, una estatua de la diosa Luna, fragmentos de vasijas y más. Uno de los hallazgos más significativos fueron dos montículos de metal e 18 kilogramos cada uno. Estaban hechos de monedas antiguas fusionadas en la forma de la vasija que las contenía.
Las monedas tienen la imagen del emperador Constantino, que gobernó el imperio romano en el siglo IV, y de su rival, Licinius, quien gobernó el este del imperio romano por un tiempo.
La ubicación del naufragio podría revelar parte de la historia.
«Un gran barco mercante llevaba una carga de metal y aparentemente encontró una tormenta entrando a la bahía, al parecer estuvo a la deriva hasta que se estrelló contra las piedras».
Las anclas en el lugar indican que se esforzaron por evitar un accidente, dicen los expertos, pero las olas y el viento eran demasiado poderosas.
El barco se estrelló de frente con las rocas en aguas poco profundas y capas de arena escondieron el naufragio y su valiosa carga durante más de 1.000 años.