¿Cómo cambiar la actitud hacia las personas transgénero?

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Una conversación cara a cara de apenas unos 10 minutos es suficiente para cambiar la actitud  de alrededor de 1 de cada 10 votantes hacia las personas transgénero, según un nuevo estudio de dos investigadores de ciencias políticas de California.

Las conclusiones, publicadas en el diario ‘Science’, ofrecen una opción para llegar con mayor eficacia a los votantes que pudieran tener puntos de vista negativos. Los resultados también sirven como reivindicación de los métodos desarrollados por el Centro LGBT de Los Ángeles, luego de que un estudio anterior que emplea las estrategias del centro fue retirado tras argumentos de que el autor del estudio pudo haber falsificado datos.

El Centro LGBT de Los Ángeles comenzó a desarrollar su programa de sondeos después de que en 2008 se aprobó la Propuesta 8, que prohibió el matrimonio homosexual en el estado de California -un giro en los acontecimientos que tomó desprevenidos a los partidarios de los derechos de los homosexuales-.

Desde entonces, el Laboratorio de Liderazgo del centro ha hecho un esfuerzo para ir a las áreas del condado de L.A. donde los votantes aprobaron la prohibición del matrimonio, para hablar con los residentes y desarrollar una estrategia eficaz para hablar con ellos sobre los derechos de los homosexuales. (Una corte de apelaciones federal determinó en 2010 que la Propuesta 8 era inconstitucional).

«De los cientos de estudios sobre la reducción de prejuicio conducidos en décadas recientes, sólo (alrededor) del 11% prueba el efecto causal de intervenciones conducidas en el mundo real», dijo Elizabeth Levy Paluck, de la Universidad de Princeton, quien no estuvo involucrada en la investigación. «Muchos menos tratan el prejuicio entre adultos o miden los efectos a largo plazo de esas intervenciones».

Fleischer se puso en contacto con el profesor de ciencias políticas la Universidad de Columbia, Donald Green, que los presentó con Michael LaCour, entonces un estudiante de posgrado de UCLA. Los voluntarios del centro irían de puerta en puerta para hablar con la gente, y LaCour trabajaría con el centro y recogería datos del estudio en línea.

Los hallazgos de LaCour y Green, de que las opiniones de los votantes podían cambiar significativamente con conversaciones cara a cara, fueron anunciados con gran fanfarria en diciembre de 2014. El centro trajo a los estudiantes de posgrado de UC Berkeley, David Broockman y Joshua Kalla, para darle continuidad al trabajo al hacer un estudio similar en el sur de Florida. Pero la pareja rápidamente comenzó a tener problemas con la investigación.

«Había muchas cosas que no se veían bien», dijo Broockman, ahora profesor de la Universidad de Stanford, «así que comenzamos a tener nustras dudas».

La tasa de respuesta del estudio era inusualmente alta; los márgenes de error eran sospechosamente bajos. Y cuando contactaron al proveedor que hizo los estudios en línea, los representantes de la empresa dijeron que nunca habían trabajado con LaCour (quien luego admitió que no les había pagado a los encuestados la compensación económica por el estudio, pero dijo que los datos habían sido construidos conforme a las directrices de ética).

La falta de pago a los participantes era una indicación potencial, dijo Green en un reporte con el L.A. Times, de que ninguna encuesta de seguimiento se había realizado.

Broockman, Kalla y Peter Aronow, de la Universidad de Yale, le enviaron su informe a Green, quien, tras los hallazgos, solicitó en una carta el 19 de mayo que Science retractara el estudio.

«Estoy profundamente apenado por este giro de los acontecimientos y me disculpo con los editores, revisores, y los lectores de Science», escribió. (LaCour no estuvo de acuerdo con la retractación).

Pero aunque Broockman y Kalla descubrieron las irregularidades en el estudio anterior, prosiguieron a hacer un experimento similar en el condado Miami-Dade, para ver si el método podía cambiar la actitud hacia la gente transgénero.

Esta vez estaban determinados a que el experimento se hiciera de la forma correcta.

«Cuando los llegué a conocer, entendí que la clase de sondeo que hacen es bastante diferente a la que estaba acostumbrado a ver», dijo Broockman sobre el centro de LGBT, comparando su método con la terapia cognoscitiva conductual. «Lo que ellos hacen no es tratar de decir sus historias tristes y que sientan empatía; lo que hacen es pedirle al encuestado que haga un trabajo mental y piense en las experiencias que ha tenido».

Alrededor del mismo tiempo que el estudio anterior fue publicado, la Comisión del condado Miami-Dade aprobó en diciembre de 2014 una ordenanza que protege a la gente transgénero contra la discriminación.

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