El cambio climático amenaza al ‘viagra’ himalayo

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Cosechadores recogiendo hongos en la meseta del Tíbet en mayo. El yarsagumba o "Viagra del Himalaya", crece en altas montañas donde se experimentan bajas temperaturas. Credit Kevin Frayer/Getty Images

Desde un pastizal en lo alto del Himalaya, el pastor Tulsingh Rokaya, de 55 años, observó durante años cómo aumentaba el número de cosechadores itinerantes.

Llegaban en busca del yarsagumba, un hongo parasitario de Nepal que crece a una altura de 3000 metros en las larvas de la polilla fantasmahasta momificarla, que se ha utilizado como afrodisiaco durante más de 1000 años y se ha ganado el apodo del “Viagra himalayo”.

En los años ochenta los recolectores solían intercambiar estos hongos por cigarros y fideos, pero mientras el yarsagumba se hizo más popular, de pronto se convirtió en una industria multimillonaria en China, Singapur y Estados Unidos.

Durante la temporada de recolección, desde fines de mayo a julio, miles de personas solo se dedicaban a la cosecha en Bagdanda y dos campos vecinos. Pero debido a la escasez del hongo en esta temporada, ahora solo acuden cientos de cosechadores.

Aún suben desde un campo y cargan picos de metal para desenterrar el hongo con lo que producen, en promedio, hasta 135 toneladas al año. A veces, se detienen en la tienda Rokaya para comprar requesón de oveja.

La mayor parte del tiempo solo pasan por ahí, tambaleándose hacia la ladera escarpada donde pasan toda la mañana agachados buscando los tallos negros y torcidos de los hongos que se asoman a través de la tierra.

Mujeres nómadas limpian hongos en un mercado de la meseta del Tíbet, en mayo. La venta de hongos se ha convertido en la principal fuente de ingresos en esa región. CreditKevin Frayer/Getty Images

Según el folclor de la zona, el interés en el hongo se originó por el sorprendente desempeño de los corredores chinos en una carrera internacional de pista en 1993; su entrenador lo atribuyó a que ingirieron una sopa que contenía el hongo y sangre de tortuga (aunque los deportistas occidentales sospecharon que se trataba de algo menos exótico; en concreto, medicamentos para mejorar el rendimiento).

Como los precios llegan hasta los 50.000 dólares por libra (453,59 gramos) en las megalópolis costeras de China, la cosecha del hongo ha ayudado a reducir la pobreza endémica en la región del Himalaya que se extiende por Nepal, el norte de India, Bután, el Tíbet y China. Para cientos de miles de personas que viven en aldeas remotas, vender yarsagumba se ha convertido en su fuente principal de ingresos.

Un estudio del Banco Central de Nepal determinó que los cosechadores ganaban un promedio de 2500 dólares, lo que equivale a un 56 por ciento de sus ingresos anuales, solo con la venta del hongo. El ingreso le ha dado a esas personas, que pertenecen a una de las zonas más pobres del mundo, acceso a electricidad, atención médica y educación.

“Ahora toda la planicie tibetana depende por completo del ingreso de efectivo”, dijo Daniel Winkler, un micólogo que ha estudiado el hongo yarsagumba en el Tíbet. Este experto calcula que más de 1 millón de personas venden el hongo en el Tíbet.

No obstante, el aumento de la demanda ha coincidido con una drástica disminución en su abastecimiento. Los micólogos señalan que el exceso de cosecha es una de las razones. Otros investigadores creen que otra causa posible es el aumento de las temperaturas en el ecosistema provocada por el cambio climático, un fenómeno que podría volverse más grave a mayores altitudes.

Compradores tibetanos y chinos examinan hongos en un mercado de la meseta tibetana, en mayo. La demanda china ha creado el auge de una industria para la producción y comercialización de los hongos que se venden hasta por 50.000 dólares por libra. CreditKevin Frayer/Getty Images

“Hay fuertes razones teóricas por las que podríamos esperar que el cambio climático sea más rápido en lo alto de las montañas que a nivel del mar”, dijo Nicholas Pepin, geógrafo de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra.

Algunos de los datos más convincentes del calentamiento se han conseguido en la planicie tibetana donde, del 2001 al 2012, el aumento en las temperaturas estuvo entre medio grado Fahrenheit y casi un grado completo en alturas superiores a los 3000 metros. En la misma década, las temperaturas mundiales se elevaron tan solo 0,2 grados.

Los científicos dicen que no saben por qué los rangos de las temperaturas en las montañas se elevan más rápido que en otras partes del planeta. Sin embargo, Kamaljit Bawa, biólogo de la Universidad de Massachusetts, dijo que no entender mejor el calentamiento en el Himalaya podría tener serias consecuencias para la biodiversidad de la región.

“Tenemos que progresar rápidamente”, dijo. “No podemos tener un acercamiento que tome mucho tiempo, ese enfoque tradicional, lento y científico”.

Por lo menos no en el caso del yarsagumba, evidentemente.

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