El Instituto para la Psiquiatría de Max Planck en la ciudad alemana de Múnich ha hecho pública la información sobre el descubrimiento de decenas de cerebros de víctimas del Holocausto hecho durante las obras en sus instalaciones el año pasado, informa el canal israelí Arutz Sheva.
Tras el hallazgo ha sido establecido un comité con el objetivo de determinar los detalles de la muerte de las personas, para después poner sus restos en una fosa común. El proceso puede durar varios meses e incluso años.
«Estamos avergonzados por el hallazgo y la mancha de su descubrimiento en los archivos», reza un comunicado del Instituto. «Vamos a presentar al público nuevos datos que obtengamos con transparencia completa», han asegurado los especialistas.
Según el Instituto, las muestras fueron usadas por el investigador nazi del cerebro, Julius Hallervorden, que llevaba a cabo experimentos con seres humanos. Fue el jefe del departamento neuropatológico en el Instituto de Kaiser Wilhelm durante la Segunda Guerra Mundial. Durante los juicios de Núremberg admitió haber aceptado muestras humanas desde campos de concentración.
«El hallazgo ayuda a unir otros eventos que fueron descubiertos 70 años después», ha destacado Dan Machman, director del Instituto Internacional para la Investigación del Holocausto en Jerusalén. «Cualquier persona que crea que este es un capítulo terminado, se equivoca», ha manifestado.